miércoles, 14 de julio de 2010

Sobre la intervención de Rajoy en el Debate del Estado de la Nación


Hoy a las 16,00 horas se reanudó el Debate con la intervención del Presidente del PP, Mariano Rajoy.

Comenzó haciendo una pregunta tras escuchar por la a mañana al Sr. Rodríguez Zapatero, ¿en qué se diferencia este debate del que celebramos hace un año?

Y respondió: “Por mi parte, en nada. Por la suya, en todo.

Lo que yo reclamaba entonces es lo mismo que reclamo ahora: austeridad en el gasto público, reformas estructurales, medidas para fomentar el empleo… Yo no he cambiado, porque mi diagnóstico no ha cambiado, y porque las necesidades tampoco lo han hecho. Son las mismas, pero más graves”

A continuación dijo: “El señor Rodríguez Zapatero, en cambio, ha pasado de la noche al día, del negro al blanco, de la indolencia a la precipitación.

Todo lo que rechazaba entonces lo defiende ahora. No iba a tocar el gasto social… y lo ha recortado.


No iba a tocar el sueldo a los funcionarios… y lo ha bajado.
No iba a tocar las pensiones… y las ha congelado.
No iba a tocar la legislación laboral sin el acuerdo de patronal y sindicatos… y lo ha hecho por Decreto."


Y nuevamente se interrogo sobre que si esto es lo que había que hacer, ¿para qué nos ha hecho perder un año, señoría? ¿No estaban las cosas suficientemente mal hace doce meses?

Y le espetó: “Si nos hubiera hecho caso entonces, si hubiera cumplido con su deber, ahora no tendríamos que estar hablando de esto. Estarían dando frutos esas reformas, esas rectificaciones que tanto le apremian ahora. Mucho mejor cumplidas, con más sosiego, con más justicia, con menos dolor. ¿Sabe usted lo que nos ha hecho pagar con su obstinación? En doce meses, se han destruido setecientos mil empleos, y el paro ha llegado a la cifra de cuatro millones seiscientos doce mil. Han cerrado treinta y cinco mil seiscientas ochenta y siete empresas. La deuda ha crecido en más de cien mil millones de euros…”

¿Cuántas empresas españolas han tenido que cerrar porque usted no ha afrontado a tiempo la crisis?

Y mas adelante hizo esta reflexión: “Lo más sorprendente, llegados a este punto, es que el principal responsable de este descalabro, inflamado de fervor patriótico y alegando sentido de la responsabilidad, pretenda ofrecerse como remedio.


¿Cómo se entiende que sea usted quien nos proteja de usted mismo, y sea usted quien nos garantice que usted no va a perjudicarnos más? Esto me resulta tan incomprensible como un galimatías.”

Y añadió “no es España la que inspira desconfianza. Al contrario, España tiene fama merecida de cumplir sus deberes, y conserva una capacidad envidiable de crecimiento. No está en cuestión la solvencia de España, sino la de su administrador. Quien encarna, quien suscita y quien sostiene la desconfianza es usted.”

Dijo luego que: “La situación sería muy grave si en el horizonte de los españoles no apareciera más opción que la que usted representa.


Afortunadamente saben que cuentan con una alternativa, con otra manera de hacer las cosas, es decir, con una esperanza.


Existe una alternativa que cuenta con un diagnóstico objetivo de la situación, que no teme decir la verdad a los españoles, que –porque ya lo hizo en su día- sabe lo que hay que hacer y que disfruta de crédito para convocar a toda la nación a la tarea porque le mueve un propósito obsesivo e indeclinable de crear empleo.


Y concluyó su discurso diciendo: “Si nada de lo que llevaba el sello del señor Rodríguez Zapatero tiene ya vigencia; si todo lo que pretendía está condenado; si su empecinamiento ha sembrado nuestro camino de errores, y los errores nos han llevado a una situación insostenible, y la situación insostenible ha provocado el ultimátum europeo… la pregunta que procede es: ¿Qué estamos discutiendo, señorías? ¿El futuro de la nación, el futuro del señor Rodríguez Zapatero o las dos cosas al mismo tiempo?


Y siguió con interrogantes: ¿Tienen solución nuestros problemas? Rotundamente, sí. Los del señor Rodríguez Zapatero, rotundamente, no.
¿España puede salir del trance? Sí. Con el señor Rodríguez Zapatero, no.
En estas condiciones, señoría, ¿qué sentido tiene pretender que las cosas sigan igual? ¿Qué se propone? ¿Obligar a la gente a perder otro año, a cambio de que usted lo gane? ¿Y para qué?


Apuntillo después: "Se la están sugiriendo desde todos los rincones, desde todos los vientos, desde todos los medios, en todos los tonos, en todos los idiomas.
Supongo que algo habrá oído.


Yo comparto ese criterio y creo, sinceramente, que usted no está en condiciones de gobernar. Por lo tanto el mejor servicio que puede hacer al país para cortar este calvario es disolver el parlamento y convocar elecciones generales.


Su tiempo se ha agotado y lo sabe.
Reclamar a estas alturas la confianza de los españoles para continuar igual, es pedir lo imposible para retrasar lo inevitable."


Un gran discusro pegado a la realidad de la calle.