El Congreso de los Diputados aprobó hoy parte de las enmiendas introducidas por el Senado al Proyecto de Ley de medidas urgentes para la reforma del mercado de Trabajo, procedente del Real Decreto- Ley 10/2010 de 16 de junio. Con este paso concluyó la tramitación parlamentaria de la ley, que será publicada en el Boletín Oficial del Estado para su entrada en vigor.
Fueron rechazadas todas las enmiendas del GPP en el Congreso y en el Senado.
En nombre de nuestro Grupo Parlamentario Popular intervino nuestro portavoz en asuntos laborales, José Ignacio Echániz Salgado que constató que esta ley termina como comenzó, en la más absoluta soledad; soledad respecto de los agentes sociales, el Gobierno no cuenta ni con Comisiones Obreras, ni con Cepyme, ni con CEOE, ni con UGT, que han mostrado todos su rechazo a la ley; soledad respecto a los expertos y a las instituciones económicas y sociales, que han analizado y criticado el contenido de la reforma; y soledad respecto a los grupos políticos porque ninguno coincide con el Grupo socialista.
Un gobierno que mintió negando una crisis, que mintió al diseñar sus ofertas electorales, que mintió al presumir de talante y de diálogo, que mintió negando la necesidad de una reforma -la ideología me impide hacer una reforma laboral, llegó a decir el señor Rodríguez Zapatero- y que mintió afirmando que nunca la abordaría sin el consenso de los agentes sociales.
Nuestro portavoz afirmó que hoy tenemos el resultado: la primera vez en la historia en que una modificación de nuestro marco de relaciones laborales se hace de forma unilateral, en la soledad más inquietante, en la desconfianza no de uno sino de todos y con profundas divergencias dentro del propio grupo promotor; todo un récord para los anales del fracaso político y social de nuestro país.
Apuntó Echániz que hemos aumentado en 10 puntos la tasa de paro en dos años, cuando otros países apenas la han aumentado o la han reducido. ¿Por qué tenemos el doble de paro? Porque tenemos el doble de rigidez. Más flexibilidad supone menos paro, más competitividad y más bienestar, mientras que más rigidez genera más paro, una disminución de la capacidad de competir y menos bienestar.
Aludió a que esta ley subsidia el despido, hasta el improcedente, abaratándolo y haciéndolo además con fondos públicos; que no regula el teletrabajo, tan importante para la conciliación y sobre todo para la vida de las mujeres españolas; no ha incluido nada en flexiseguridad, en flexibilidad interna, en negociación colectiva, nada en políticas activas de empleo. España es el país de la Unión Europea que menos gasta en políticas activas de empleo.
Tampoco han incluido nada en la formación, que es el principal problema de la empleabilidad de nuestro país, a pesar de que solamente están formando al 11 por ciento de los parados españoles. Están despilfarrando nuestro capital humano a manos llenas y tampoco han incluido ningún elemento en la ley que contribuya a un verdadero cambio en nuestro modelo productivo.
Concluyó afirmando que la reforma laboral que hoy aprobamos en esta Cámara, no es una reforma para crear empleo, no es la reforma laboral que necesitaba nuestro país, no es la reforma necesaria para generar confianza ni, por este orden, consumo, producción y empleo. En poco más de seis años Rodríguez Zapatero con la complicidad del Partido Socialista ha desplomado la economía del país, ha roto todas las costuras del Estado del bienestar, nos ha hecho más pobres a todos con sus insensatas políticas y hasta ha tenido que dejar de ir a Rodiezmo porque ha traicionado el espíritu de pensionistas y de trabajadores y les ha robado su autonomía. Porque el principal derecho de autonomía, es el derecho al trabajo; es el primero y principal derecho que hace al individuo libre respecto de su entorno y que incluso es más que un derecho social, la garantía de libertad de actuación y la base de la libertad de elegir: es el derecho al trabajo, ese del que carecen en este momento 4.600.000 españoles que no tienen esa libertad y ese derecho que tuvieron ayer. Lejos de una reforma cosmética, España necesitaba responsabilidad en este momento histórico con 4.600.000 parados, más de la quinta parte de nuestra población activa, y con más de un millón de empresas cerradas en los últimos tres años.