Hoy intervine en el Pleno del Congreso, en nombre del Grupo Parlamentario Popular para defender nuestra enmienda a una moción presentada por CiU, que se centraba en las políticas de reequilibrio de la balanza exterior y en el fomento de la exportación.
Afirmé que es cierto que la empresa española ha avanzado en los últimos años de una manera decidida en su internacionalización, que cada vez hay más empresas que exportan regularmente, y que una parte significativa de nuestras principales compañías han adquirido una relevante presencia internacional. Pero que sin embargo es también innegable que el sector exterior español sigue presentando debilidades estructurales relacionadas con la base exportadora, la especialización en bienes y servicios de intensidad tecnológica media y baja y en sectores maduros, el reducido tamaño de las empresas o la elevada concentración en países cercanos, así como la escasa presencia en mercados con alto potencial.
Dije que nadie pone en duda que un factor clave en el desarrollo de cualquier economía son las exportaciones de los bienes producidos por su tejido empresarial, junto con las importaciones, que son las que alimentan la base productiva. Pues bien, frente a esta importancia manifiesta de importaciones y exportaciones, lo cierto es que España, nuestro país, presenta una configuración ineficiente y poco ágil para el comercio exterior, situándose en la cola de los países de la Unión Europea y ocupando posiciones intermedias en la geografía económica.
Añadí además que nuestro país se está viendo muy seriamente afectado por la dureza de la crisis, lo que está teniendo unas consecuencias muy fuertes en los flujos del comercio internacional. Así en el año 2009 nuestras exportaciones observaron el primer descenso nominal en treinta años, las importaciones cayeron a un nivel impresionante, el grado de apertura de la economía española se redujo, y su nivel se encuentra en el punto más bajo de los últimos quince años, además de que nuestras exportaciones han caído en todas las áreas geográficas, y se interrumpió el patrón de diversificación geográfica.
Me referí a las previsiones para este año 2010, que son mala pues todo indica que en 2010 el sector exterior aportará un crecimiento positivo, pero muy inferior al de 2009, un 1,4 por ciento frente al 2,7 por ciento y que si a esto le añadimos los datos del descenso acusadísimo de la inversión extranjera en España, con un desplome del 80 por ciento, o los últimos datos del foro económico mundial en el sentido de que España ha descendido nueve posiciones en el ranquin de competitividad, nos encontramos con un panorama muy preocupante, ante el que es imprescindible que reaccionemos.
Sostuve que es la competitividad de la economía española la que nos tiene que sacar de esta crisis. Además hay que solucionar los graves problemas de financiación, que siguen siendo un cuello de botella para las empresas que quieren acometer operaciones de exportación. Todo ello hay que hacerlo desde una estrategia de urgencia para impulsar las exportaciones y para equilibrar la balanza exterior.
Por eso en nombre de nuestro grupo parlamentario plantee una alternativa y ayudar con un nuevo punto, añadiendo a los dos puntos que planteaba Convergència i Unió, con los que estábamos de acuerdo, en el sentido de que se potencie la cooperación estratégica y la coordinación entre la Secretaría de Estado de Comercio Exterior, las comunidades autónomas, las cámaras de comercio y los demás agentes involucrados en la promoción de la internacionalización de las empresas españolas, para mejorar la eficiencia del proceso de expansión internacional y del aumento de las exportaciones.
Lo justifiqué en que es un hecho que las políticas tradicionales de apoyo público a la internacionalización, así como a la promoción, están siendo poco útiles en la actualidad, con visiones demasiado generalistas, con una falta de coordinación entre instituciones especializadas, con duplicidades o triplicidades que están limitando sensiblemente su eficacia. Por lo tanto es fundamental establecer una clara especialización funcional de tareas en nuestro modelo institucional, y aprovechar las ventajas que en términos de eficacia puede aportar cada una de las instituciones, como puede ser el ICEX, los muchos institutos que tienen las comunidades autónomas, por supuesto las centenarias cámaras de comercio, las secciones financieras públicas, y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Por consiguiente, nuestro esfuerzo se centra en reforzar estos mecanismos de coordinación porque el actual Consejo Interterritorial de Internacionalización, que se constituyó en marzo de 2006, no está cumpliendo el papel que nosotros creemos que debe jugar.
Finalicé mi intervención con una apelación a insistir en la necesidad de mejorar la competitividad de la economía española para salir de esta crisis y en la internacionalización. Aumentar la base exportadora será uno de los instrumentos para sacarnos de esta muy mala.
La Moción con nuestra aportación fue apoyada por unanimidad.
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(Desde el minuto 03:16:00 al 03:21:50)
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