De Guindos
comezou recordando a súa intervención que o ano 2012 nos encontrabamos ao bordo
da quebra, cunha forte recesión e unha intensa destrución de emprego. E
constatou que grazas ás reformas e ao avance na corrección dos desequilibrios,
hoxe lideramos o crecemento, un novo escenario que se constata ao analizar a
conxuntura e perspectivas económicas para España.
Destacou da súa intervención estas mensaxes:
“El impulso y vigor de nuestra
recuperación se intensifica y, con ello, se amplía el crecimiento diferencial
respecto a la zona euro. Afianzamos nuestro perfil ascendente, de hecho el PIB
encadena ya siete trimestres de crecimiento económico ininterrumpido y en
aceleración. Así lo confirma el avance del PIB trimestral que publicó el INE el
jueves pasado. Nuestra economía creció el primer trimestre de este año un 0,9%
respecto al trimestre anterior. Se trata de un dato positivo que ha superado
las estimaciones de diferentes analistas. Si lo proyectamos en términos
anualizados -tal y como es habitual en otros países- el resultado es una tasa
de crecimiento superior al 3,5% del PIB; si me lo permiten, algo impensable
hace apenas tres años.
Pero lo importante es que este crecimiento viene acompañado de un fuerte
ritmo de creación de empleo. Así lo han confirmado los datos de afiliaciones y
de paro registrados conocidos esta mañana. Se unen, además, a los buenos datos
de la encuesta de población activa del primer trimestre, que muestran la
recuperación progresiva de nuestro mercado laboral. Los datos de afiliaciones y
paro de esta mañana son los mejores registrados en un mes de abril de toda la
serie histórica. Estamos ante el mayor descenso de parados en un mes de abril,
casi 120.000 personas. En los últimos doce meses el número de parados se ha
caído en más de 350.000, lo que supone la mayor disminución interanual en la
historia, con un ritmo de caída del 7,5%. Ya hay en España casi 90.000 parados
menos que en diciembre de 2011.
La subida de afiliación también fue la mayor de un mes de abril, más de
175.000 personas. Durante el último año la afiliación ha aumentado en casi
580.000 personas. España crea empleo a un ritmo del 3,5%, según estos datos. Ya
hay de nuevo 17 millones de ocupados y estoy convencido de que en muy pocos
meses se superará el nivel de afiliación de diciembre de 2011.
Por su parte, la EPA del primer
trimestre nos muestra que en el último año se han creado más de medio millón de
empleos, el mayor incremento interanual en un primer trimestre desde el año
2007. Además, la mayor parte de los nuevos empleos asalariados son indefinidos,
que crecen a un ritmo superior al 2,7% interanual.
Hemos proyectado una intensificación del crecimiento de la economía que
alcanzará el 2,9% este año, una tasa no vista desde el año 2007. Este ritmo se
mantendrá en 2016, mientras que para los años 2017 y 2018 la previsión es del
3%. Las proyecciones de crecimiento son realistas y están basadas en hipótesis
conservadoras; todas ellas, en línea con las de los principales organismos
internacionales. Son unas proyecciones prudentes; de hecho, según todos los
datos conocidos hasta la fecha, no parece aventurado descartar que pueda
superarse el 2,9% previsto para este año 2015.
Otro elemento muy destacable para los próximos años es que el crecimiento
será muy intensivo en empleo. Esto resulta algo fundamental pues no cabe duda
que la recuperación del empleo es la tarea más importante que hemos tenido y
tenemos por delante tras los efectos nefastos de la crisis y de una regulación
laboral inadecuada. Sin embargo, gracias a la reforma laboral estamos logrando
recuperar el mercado de trabajo. Así, según nuestras previsiones, a finales del
año 2015 superaremos los niveles de empleo que teníamos al inicio de la
legislatura en unas 17.000 personas en términos de EPA. El paro habrá bajado en
419.000 personas respecto del nivel existente en el cuatro trimestre de 2011.
Esto va a permitir que la tasa de paro se sitúe a finales de 2015 en un 21,1%,
es decir, 1,5 puntos porcentuales por debajo del cierre del anterior
legislatura.
Señorías, es la corrección de los desequilibrios acumulados lo que sin duda
nos ha permitido llegar hasta aquí y lo que va a posibilitar un crecimiento
sostenible y duradero en los próximos años; una corrección en la que se ha
avanzado mucho, pero que vamos a seguir impulsando en el futuro. A ello va a
ayudar sin duda el crecimiento nominal de entre un 4 y 4,5% anual que se dará
en nuestra economía en los próximos cuatro años.
En primer lugar, vamos a
seguir reforzando la sostenibilidad de las cuentas públicas. Sin duda el
saneamiento emprendido ha sido un factor clave para la recuperación de la
confianza. En tan solo tres años hemos logrado reducir el déficit público a
prácticamente la mitad, alcanzando los objetivos de déficit en coyunturas muy
desfavorables. Este año volveremos a cumplir con el déficit, del 4,2% del PIB y
en el año 2016 lo situaremos por debajo de la barrera del 3%. A ello
contribuirá tanto el control del gasto público como el dinamismo de los
ingresos. A su vez, este esfuerzo de reducción del déficit nos permitirá una
estabilización de la ratio de deuda pública PIB en 2015 claramente por debajo
del cien por cien del PIB, y a partir de 2016 comenzará su paulatina reducción.
El desendeudamiento del sector público será fundamental para continuar el
proceso de desapalancamiento de la economía, donde el sector privado ha logrado
ya avances notables. Así, empresas y hogares han conseguido reducir sus niveles
de deuda desde el segundo trimestre de 2010 en más de 425.000 millones de
euros, convergiendo hacia la media de la zona euro. En tercer lugar, la
importante corrección del desequilibrio externo; así, incluyendo este año
llevamos ya tres años de superavit por cuenta corriente y cuatro años de
capacidad de financiación respecto del resto del mundo. Esperamos que esta
tendencia se mantenga en los próximos tres años.
Este, señorías, es, si me
permiten, el cambio fundamental que se ha producido en la economía española, la
diferencia más importante en el comportamiento de la economía no es la
recuperación de la demanda doméstica ni la estabilización de la construcción, es
el saldo positivo del sector exterior. Esto es lo que nos va a permitir seguir
avanzando en la reducción del endeudamiento neto exterior, una de nuestras
principales vulnerabilidades. Gracias a ello nuestra posición de inversión
internacional neta, que aproxima lo que es nuestro endeudamiento externo,
mejorará entre finales de 2014 y 2018 en unos 75.000 millones de euros.
En cuarto lugar, un
crecimiento sin presiones inflacionistas, lo que redundará en nuestra
competitividad y en el poder adquisitivo de las familias. Las previsiones
apuntan a que la inflación podría ser en promedio en este año ligeramente
negativa como consecuencia de la evolución del componente energético. No
obstante resulta evidente que no hay riesgo de deflación; iremos viendo cómo a
finales de año la inflación vuelve a territorio positivo.
En definitiva, señorías,
España hace tres años sufría una crisis mucho más intensa que la de nuestros
socios, teníamos una caída muy superior del PIB y destruíamos mucho más empleo
que el resto de la zona euro. Hoy tenemos un crecimiento diferencial respecto a
los principales países de la zona euro y nuestro mercado de trabajo se
recupera; y lo que es más importante: hemos sentado las bases de un crecimiento
sostenible y equilibrado para que este buen comportamiento de nuestra economía
se prolongue en los próximos años. Por todo ello hoy es más necesario que nunca
mantener el rumbo para que la recuperación siga afianzándose y para que podamos
dejar atrás la crisis de una vez por todas.
Señorías, como ya he mencionado, la
reforma ha sido clave para revertir el rumbo y situar de nuevo a la economía
española en una senda de crecimiento. Son las reformas las que han sido
determinantes para este crecimiento diferencial que ahora disfruta España
frente a otros países, lo que nos ha llevado a recuperar la confianza de los
mercados internacionales y la competitividad. No solo nos está permitiendo
fortalecer nuestra economía, sino también aprovechar mejor los vientos de cola
procedentes de los factores puntuales que, como he mencionado, contribuyen al
crecimiento de Europa.
Este ha sido el Gobierno
más reformista de la historia reciente de nuestro país. La ambición de nuestra
agenda de reformas es reconocida y tomada como referente de forma generalizada
tanto por analistas como por organismos internacionales. Hemos realizado una
reforma laboral que está detrás del dinamismo del mercado de trabajo. Hemos
acometido una reforma financiera que ha saneado, recapitalizado y
reestructurado nuestras entidades y que ha logrado que hoy estén en condiciones
de contribuir a la recuperación económica.
Asimismo hemos tomado importantes
medidas en materia de gobierno corporativo y de transparencia para nuestras
entidades. Hemos limitado los salarios y las indemnizaciones de los banqueros;
y hemos profesionalizado los órganos de gestión de las cajas, entre otras
medidas. Hemos aprobado normas que profundizan en la liberalización de los
mercados de bienes y servicios, como la
Ley de unidad de mercado, la reforma de alquileres o la
apertura de horarios comerciales, sin olvidar además la reforma energética. Y
una reforma que ha sido fundamental para continuar el proceso de
desapalancamiento sin lastrar el crecimiento ha sido las mejoras emprendidas en
el régimen de insolvencia tanto en materia de refinanciaciones como en el
ámbito concursal y preconcursal.
Estas medidas no solo se
han orientado a asegurar la supervivencia de empresas viables, sino que hemos
dado un paso más al establecer por primera vez un régimen de insolvencia personal
con la norma de segunda oportunidad. Como saben, señorías, el Gobierno está
abierto a perfeccionar esta norma, que consideramos fundamental para fortalecer
la actividad emprendedora.
Esta iniciativa se une a
todas las medidas que ha tomado el Gobierno a lo largo de esta legislatura en
materia de protección de los deudores hipotecarios y que han dado una solución
a más de 34.000 familias.
Cuando llegamos al Gobierno
estábamos al borde del colapso, inmersos en una situación sumamente compleja
donde cualquier paso en falso hubiera supuesto el peor escenario para España:
su rescate total e intervención por parte de las instituciones comunitarias. No
solo conseguimos evitar el rescate, sino que le hemos dado la vuelta a la
situación.
Ninguno de ustedes, señorías, me hubiera creído si en mi primera
comparecencia en esta Cámara les hubiera dicho que en el año 2015 España
crecería a un ritmo del 3% con una creación de empleo de al menos 600.000
puestos de trabajo.
Este es el cambio fundamental que se ha producido en
nuestro país en apenas tres años y medio. Por supuesto, aún no es suficiente,
nos queda muchísimo por hacer. Hace dos años que hemos salido de la recesión,
pero no superaremos la crisis hasta no alcanzar los niveles de renta y empleo
perdidos. No obstante, los resultados obtenidos hasta ahora muestran que el
camino emprendido es el correcto. Si seguimos por él, podremos recuperar los
niveles de renta el año próximo y los de empleo no mucho después.
Enfilamos la
salida de la crisis y, por tanto, lo fundamental será mantener el rumbo
emprendido."
Si desexa facer algún comentario poder enviar un correo a celso.delgado@congreso.es
Recibirá resposta.