jueves, 23 de julio de 2015

De Guindos: "O caso grego é unha constatación clara de como unha axenda política e económica errónea pode deteriorar de forma rápida unha economía"

Asisto hoxe na miña condición de vocal da Comisión de Economía e Competititivade do Congreso á comparecencia a petición propia do ministro de Economía e Competitividade, Luis De Guindos Jurado.


Compareceu nesta Comisión por décimo quinta vez no que vai de Lexislatura e para informarnos sobre a situación da economía española así como dos últimos acordos alcanzados en torno ao terceiro rescate de Grecia.

Pola importancia do contido desta transcribo algúns dos parágrafos máis destacados da súa intervención:


Contexto internacional

“La economía mundial prosigue su senda de recuperación, aunque a un ritmo muy moderado. El Fondo Monetario Internacional, en sus recientes previsiones de julio, rebajó el crecimiento de la economía mundial para 2015 hasta el 3,3%, dos décimas menos de lo que estimaba en abril. Además y como se viene constatando en los últimos meses, este crecimiento presenta diferencias significativas entre países y regiones. Por un lado, en Estados Unidos la actividad sigue siendo dinámica, aunque menos intensa de lo esperado. De hecho, el Fondo Monetario ha rebajado recientemente en más de medio punto sus previsiones para este 2015. En cuanto a las economías emergentes, aunque la situación es heterogénea, se constata una ralentización importante en Latinoamérica y en las economías asiáticas y, concretamente, en el mercado chino destaca una reciente volatilidad muy intensa en los mercados bursátiles. 

En lo que se refiere a la zona euro, la mejoría que se observa desde finales del año pasado ha continuado afianzándose. Así lo reflejan ya un buen número de indicadores de actividad y de confianza como el de la OCDE o el de sentimiento económico de la Comisión y lo que es más importante, muestran que este comportamiento va a continuar en el futuro. De hecho, la crisis griega, que constituye el principal foco de preocupación, no parece tener por el momento un impacto significativo ni en la actividad ni en la confianza de la zona euro. En consecuencia, los principales organismos internacionales han elevado las previsiones de crecimiento de la zona euro. En el caso de la Comisión Europea lo sitúa en el 1,5% para este ejercicio y en el 2% para el próximo año. Sin duda, detrás de este mejor comportamiento se encuentran diferentes factores, como la puesta en marcha en marzo del programa de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo, la depreciación del euro y la favorable evolución del precio del petróleo o el tono más neutral de la política fiscal. La mejora de la situación económica se ha traducido en un aumento moderado de las expectativas de inflación, aunque todavía siguen algo alejadas de su nivel objetivo del 2%.”

Situación de la economía española.

“Como les decía al inicio de mi intervención, el impulso y vigor de nuestra recuperación se intensifica. El PIB encadena ocho trimestres consecutivos en positivo y a un ritmo cada vez mayor. Tras el crecimiento del 0,9% registrado en el primer trimestre, los indicadores conocidos hasta la fecha apuntan a que el avance en el segundo trimestre puede ser aun mayor. De hecho, el Banco de España ya ha adelantado un crecimiento trimestral del 1%. Los indicadores de confianza, como el del sentimiento económico de la Comisión Europea o el de los consumidores del CIS, se sitúan en niveles máximos previos a la crisis. A ello se une la mejora de los indicadores de actividad económica, como PMI, ventas en grandes empresas, ventas minoristas, producción industrial o venta de automóviles. Este cambio explica las revisiones al alza que vienen realizando de forma continua los principales organismos internacionales, el último el Fondo Monetario, que la ha elevando en seis décimas, hasta el 3,1% para este 2015. Se trata, además, de la mayor corrección realizada entre los países para los que se publican datos. Señorías, esta significativa mejora ha llevado al Gobierno a revisar también recientemente sus previsiones de crecimiento contenidas en el cuadro macroeconómico para el año 2015 y 2016, hasta el 3,3% y el 3% respectivamente. Se trata de una subida de cuatro décimas para este año y de una décima para el año que viene, respecto a las anteriores previsiones recogidas en el programa de estabilidad. Con ello se amplía el crecimiento diferencial de España respecto a la zona euro, que esperemos que se triplique en este año y se mantenga durante el año próximo. 

Dentro de esta recuperación se encuentran tres factores fundamentales. En primer lugar, el importante desapalancamiento realizado por el sector privado. Empresas y hogares han conseguido reducir sus niveles de deuda en más de 430.000 millones de euros desde su máximo, convergiendo hacia la media de la zona euro. En segundo lugar, este desendeudamiento coincide, además, con el restablecimiento de los flujos de crédito nuevo hacia empresas y familias, que llevan más de un año en crecimiento positivo. Por último, la significativa caída de los costes de financiación en más de un 30% para empresas y hogares desde el año 2012, reduciendo claramente nuestro diferencial con Europa. 

Señorías, estamos, además, ante un crecimiento basado en un patrón más equilibrado, un patrón que viene impulsado por la mejora de la demanda interna y por la evolución del sector exterior. Detrás del dinamismo de la demanda interna se encuentra la recuperación de una serie de factores, como el mejor comportamiento del mercado de trabajo, la reforma fiscal y la recuperación de la construcción, entre otros. 

Por su parte, el sector exterior prosigue con su buena evolución. Las exportaciones crecen por encima del 5,5% interanual en línea con nuestras previsiones. Sin duda, este dinamismo de las exportaciones ha sido favorecido por las ganancias de competitividad que hemos acumulado en los últimos años. En consecuencia, tanto este año 2015, como el próximo 2016, esperamos un superávit por cuenta corriente superior al 1% y una capacidad de financiación en el entorno del 1,5%. Estas cifras suponen un hito para nuestro país, ya que conforman cuatro años consecutivos de superávit de la cuenta corriente y cinco años con capacidad de financiación con respecto al resto del mundo; algo sin precedentes en la historia económica de España. Además, me gustaría destacar que esta evolución se produce sin presiones inflacionistas. Nuestra previsión es que la inflación se mantenga en terreno ligeramente positivo de aquí a final de año. Se confirma así que no hay riesgo de deflación y que el mismo nunca existió en España, como ya indiqué en numerosas ocasiones. 

Pero lo fundamental del crecimiento de la economía española es que viene acompañado de un fuerte ritmo de creación de empleo; así lo han confirmado los buenos datos de la EPA correspondientes al segundo trimestre que han sido publicados hoy y que muestran que la recuperación de nuestro mercado laboral se fortalece. La EPA del segundo trimestre confirma que se han creado en el último año más de 510.000 empleos, el mayor aumento anual de la ocupación en un segundo trimestre desde el año 2007. En términos intertrimestrales se han creado casi 412.000 empleos que, como ya he mencionado, es el mayor incremento desde hace una década en cualquier trimestre de la serie. Además, el empleo que se crea es fundamentalmente en el sector privado, destacando el fuerte crecimiento en el sector servicios y en la industria; en este último año, se han creado en la industria más de 150.000 empleos. También el paro ha protagonizado una fuerte caída este trimestre en casi 300.000 personas, en una tendencia que venía observándose ya que en los últimos doce meses el paro ha disminuido en 475.000 personas. De esta manera, el número de parados ya es inferior al cuarto trimestre del año 2011, y también la tasa de paro, del 22,37%, es inferior a la del inicio de la legislatura; asimismo, es destacable el importante aumento de la actividad en este trimestre en 116.000 personas. Además, los hogares con todos sus miembros en paro han descendido en el último año en 176.000 y, asimismo, los hogares con todos sus miembros ocupados han aumentado en 386.000.

Señorías, esta situación contrasta fuertemente con la que nos encontramos al inicio de la legislatura. Al principio de la legislatura, se destruían 700.000 puestos de trabajo en términos anuales, sin embargo, desde 2014 tenemos creación neta de empleo y este año habremos creado 600.000 empleos nuevos. Con los datos conocidos hoy, tenemos ya menos parados que cuando llegamos al Gobierno y les puedo asegurar que también acabaremos con más ocupados que al inicio de la legislatura. En definitiva, señorías, hoy tenemos una situación totalmente diferente a la que nos encontramos. España sufría hace tres años una crisis mucho más intensa que la de nuestros socios, teníamos una caída del PIB y destruíamos mucho más empleo que el resto de la zona euro. Hoy, tenemos un crecimiento diferencial respecto de los principales países de la eurozona y nuestro mercado de trabajo se recupera y, lo que es mucho más importante, hemos sentado las bases de un crecimiento sostenible y equilibrado para que este buen comportamiento se prolongue durante de los próximos años.  

Sin embargo, este camino no es irreversible; si no continuamos con la senda de la corrección de los desequilibrios podemos volver a la casilla de salida. La situación que nos encontramos en el año 2011 puede volver a repetirse y todos los esfuerzos y sacrificios de la sociedad española habrán sido en vano. Por eso, hoy más que nunca, es necesario mantener el rumbo y continuar reduciendo los desequilibrios y reforzando nuestra economía. Hemos realizado una importante labor en términos de las variables económicas flujo, pero seguimos teniendo significativos retos a los que hacer frente. Necesitamos reducir la ratio deuda pública/PIB, y para ello es fundamental proseguir con la paulatina consolidación fiscal. 

Prevemos una estabilización de la ratio en el año 2015 por debajo del cien por cien del PIB y a partir de 2016 comenzará su reducción. El sector privado ha de seguir con su proceso de desendeudamiento, que todavía sigue en niveles elevados. Tenemos que mantener el saldo positivo del sector exterior y nuestras ganancias de competitividad. Hemos logrado corregir uno de nuestros principales desequilibrios y debemos profundizar en este camino; eso es lo que nos va a permitir seguir avanzando en la reducción del endeudamiento exterior y mejorar nuestra posición inversora neta. Debemos seguir reduciendo la elevada tasa de paro, con especial atención a los colectivos más afectados: jóvenes y parados de larga duración. 

Hemos de continuar reforzando la solvencia del sector financiero, culminando los procesos aún abiertos y mejorando la solidez de las entidades en línea con las medidas ya emprendidas. Junto a ello, debemos profundizar en la reforma de los mercados de bienes y servicios y contribuir a su dinamización y apertura; en definitiva, seguir tomando medidas para aumentar la productividad, flexibilidad y resistencia de nuestra economía. 

Señorías, no existen vías intermedias, los desequilibrios persisten, nos hacen vulnerables y pueden volver a generar efectos depresivos sobre la actividad, tal y como ya ocurrió por desgracia en el pasado. Es fundamental, por tanto, mantener el impulso reformista.”
       
Negociaciones europeas en torno a la crisis griega y al tercer programa de rescate.

“Como saben, el pasado 20 febrero se llegó a un acuerdo con Grecia, ya bajo el nuevo Gobierno griego del presidente Tsipras; dicho acuerdo consistía en una segunda extensión de cuatro meses de duración del segundo programa de rescate heleno. El objetivo principal era completar con éxito la quinta revisión del segundo programa y poner las bases para iniciar la negociación de un tercer programa de rescate. Durante los meses posteriores, la confianza entre Grecia, por un lado, y los países de la zona euro y las instituciones, por el otro, se fue deteriorando como consecuencia de las complicadas negociaciones. Estas se suspendieron definitivamente cuando la noche del 26 de junio el Gobierno griego de forma unilateral e inesperada convocó un referéndum para el 5 de julio con el fin de someter a votación la propuesta realizada por las instituciones, propuesta que les recuerdo que todavía se estaba negociando. En consecuencia, el segundo programa expiró el 30 de junio sin haber concluido. Además, ese mismo día el Gobierno heleno no pudo hacer frente a los vencimientos de más de 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional y entró de inmediato en mora con este organismo. Asimismo, el Banco Central Europeo, ante la ausencia de un acuerdo, decidió no elevar el techo de las líneas de liquidez de emergencia a los bancos helenos, las conocidas como ELA. Ante esta situación, el Gobierno griego se vio obligado a decretar el cierre de bancos e imponer un corralito principalmente por la creciente salida de depósitos del país y por la ausencia del paraguas protector que suponía el programa de asistencia.

El escenario posterior que esta situación provocó lo conocen sus señorías perfectamente: la población griega votó no al referéndum y el Gobierno heleno solicitó una nueva ayuda, la tercera, al mecanismo europeo de estabilidad. Para entonces la confianza de las instituciones europeas y de sus socios del euro estaba severamente dañada. En este contexto, la Cumbre del Euro del 12 de julio fue decisiva y supuso un primer paso hacia el restablecimiento de la confianza. En ella, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona acordaron las condiciones generales para un tercer programa que mantiene a Grecia dentro del euro. Este contempla inicialmente una ayuda financiera millones de entre 82.000 y 86.000 millones de euros, de los cuales hasta 25.000 millones podrían destinarse al sector bancario; además incluirá una estricta condicionalidad que todavía tiene que concretarse.

En el marco de este acuerdo se prevé la creación de un fondo griego independiente dotado con activos helenos, su gestión deberá generar 50.000 millones de euros en los próximos tres años con los que contribuir al programa de ajuste macroeconómico. También se acordó conceder un préstamo de urgencia, conocido como préstamo puente, por valor de 7.000 millones de euros; este se ha realizado a través del mecanismo europeo de estabilidad financiera, está dotado con presupuesto comunitario, si bien se han establecido garantías para los países de fuera de la zona euro, como conocen perfectamente su señorías. Esta financiación ha permitido a Grecia liquidar sus pagos atrasados con el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Grecia y satisfacer sus obligaciones de deuda con el Banco Central Europeo. Este último abono era especialmente importante ya que, de no haberse producido, hubiera supuesto la entrada inmediata de Grecia en bancarrota. Asimismo, dada la necesidad de restablecer la relación de confianza entre Grecia y las instituciones, el Gobierno heleno se comprometió a poner en marcha sin demora un conjunto de medidas como fase previa a la aprobación de esta nueva ayuda. Dichas medidas, que fueron acordadas con instituciones y aprobadas por el Parlamento heleno los pasados días 15 y 22, ayer mismo, de julio, formarán parte también de este tercer programa.

Por último, la pasada semana los ministros de Economía de la zona euro dimos el mandato a la Comisión Europea para que iniciara las negociaciones de este nuevo programa de ayuda a Grecia. Las instituciones están negociando ya y esperamos que todo el paquete completo del programa, tanto el memorando de entendimiento como la asistencia financiera, puedan estar listos en torno a la segunda semana de agosto. Entonces el Eurogrupo procederá a su evaluación. A partir de ahí, se establecerá un periodo de tiempo en el que los Estados que lo precisen deberán obtener el respaldo de sus parlamentos. Posteriormente tendremos un segundo Eurogrupo que dará la aprobación definitiva, en su caso, a este tercer rescate.

Señorías, hasta aquí el relato de los hechos. Permítanme en este punto hacer una breve referencia al Estado de la economía griega y al importante deterioro que se ha producido en los últimos meses. Simplemente recordar, señorías, que a mediados del año 2014 la economía helena crecía y las perspectivas para el año 2015 apuntaban a unas tasas de actividad cercanas al 3%. El Gobierno griego realizó entonces emisiones de bonos en el mercado y, según el Fondo Monetario Internacional, su deuda era entonces sostenible. Incluso se llegó a hablar de una salida limpia del segundo programa, tal como ocurrió en el caso de Irlanda y en el caso de Portugal.

Hoy, a penas nueve meses después, la situación es totalmente distinta. Se estima que el PIB griego caerá en torno al 4% este año. La deuda pública que, insisto, era sostenible a finales del año 2014, ahora se percibe como insostenible según el análisis que realiza el Fondo Monetario Internacional. Los bancos griegos han permanecido más de veinte días cerrados y los controles de capitales continúan.

En definitiva, señorías, el caso griego es una constatación clara de cómo una agenda política y económica errónea puede deteriorar de forma rápida una economía que además ya había sufrido por desgracia una contracción del 25% del PIB. Este deterioro no solo ha llevado a una nueva y profunda recesión, sino que ha complicado las negociaciones y además ha hecho que el paquete de ayuda financiera para Grecia sea hoy mucho mayor de lo que hubiera sido necesario a principios de este año."

Posición mantenida y defendida por España durante las largas e intensas negociaciones con Grecia.

"Como saben, siempre hemos sido favorables a concederle a Grecia un tercer programa y, sobre todo, a la permanencia de Grecia en el euro. Hemos acudido a todas las negociaciones con espíritu abierto y constructivo. Hemos sido flexibles, pero también teníamos claro que la Unión Monetaria se basa en unas reglas que deben cumplirse por parte de todos porque son precisamente estas normas las garantes de su supervivencia y de su éxito. 

Hemos defendido la participación del Fondo Monetario Internacional por su experiencia en este tipo de programas. Desde el primer momento el Gobierno de España, así como el del resto de Estados miembros del euro, sostuvo que no podíamos aceptar una quita nominal de la deuda. En este sentido el acuerdo de la Cumbre del Euro del pasado 12 de julio se ajusta perfectamente a lo que ha sido la posición española.

 Confiamos en que este nuevo programa ayude a Grecia a recuperar esta senda de crecimiento y que lo vivido estos años pueda quedar definitivamente en el pasado. No obstante, señorías, aún existen evidentes retos pendientes por abordar y riesgos considerables. Fundamentalmente, desde mi punto de vista dos. En primer lugar, un riesgo de implementación dada la situación política tan compleja del Gobierno griego. No basta con acordar una serie de medidas, sino que estas deben implementarse para que la economía helena pueda volver a crecer. En segundo lugar, es imprescindible integrar tres elementos en el programa cuya compatibilidad resulta ciertamente compleja. En primer lugar, la participación del Fondo Monetario Internacional en el tercer programa. En segundo lugar, la ausencia de quitas nominales a la deuda de Grecia con sus socios europeos y, por último, la garantía de sostenibilidad de la deuda, que es una condición ineludible establecida por el Fondo Monetario Internacional.

Señorías, creo que nadie puede poner en duda la solidaridad de toda Europa y, en particular, la de España con Grecia. Hemos participado activamente en los dos programas de asistencia financiera, a pesar de que en el año 2010 nuestras relaciones económicas, comerciales y financieras con el país heleno eran muy reducidas. Lo hemos hecho a un coste de financiación elevado para España y cuando nuestra situación económica no era precisamente la mejor. En el primer programa de rescate España concedió a Grecia cerca de 6.700 millones de euros en una serie de préstamos bilaterales.
Esta financiación tiene hoy un vencimiento de treinta años con un período de carencia de diez y un coste de Euríbor a tres meses más un margen de 50 puntos básicos. Esto supone hoy en día un tipo de interés del 0,5%. Creo que es importante que les recuerde que cuando se acordaron estos préstamos el coste medio de la cartera en circulación del Tesoro español estaba en torno al 4%, concretamente el 3,7% en el año 2010. El segundo rescate se instrumentó en 2012 a través de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, que se conoce por sus siglas inglesas como EFSF. España aportó garantías por valor de casi 17.000 millones de euros. Las condiciones son igualmente ventajosas tanto por los tipos que paga Grecia como por la vida media del préstamo con vencimientos a quince años y periodo de carencia de diez años. El tercer programa se canalizará a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera conocido como MEEF. Si el programa supone finalmente los 86.000 millones de euros que en estos momentos se evalúa, dada nuestra correspondiente participación -prácticamente el 12%-, la exposición de España aumentará en torno a 10.000 millones de euros. Es decir, la exposición total de España a Grecia se situará después de este tercer programa alrededor de los 36.000 millones de euros. Coincidirán conmigo, señorías, en que tanto este volumen de exposición como la trascendencia política de lo sucedido con Grecia en los últimos meses hacen necesario que el Gobierno eleve a debate y aprobación de la Cámara la posición de España ante este tercer programa."