Asisto hoxe na miña
condición de vocal da Comisión de Economía e Competititivade do Congreso á comparecencia a petición propia do ministro de Economía
e Competitividade, Luis De Guindos Jurado.
Compareceu nesta Comisión por décimo quinta vez no que vai de Lexislatura e
para informarnos sobre a situación da economía española así como dos últimos
acordos alcanzados en torno ao terceiro rescate de Grecia.
Pola importancia do contido desta transcribo algúns dos parágrafos máis
destacados da súa intervención:
Contexto internacional
“La economía mundial prosigue su
senda de recuperación, aunque a un ritmo muy moderado. El Fondo Monetario
Internacional, en sus recientes previsiones de julio, rebajó el crecimiento de
la economía mundial para 2015 hasta el 3,3%, dos décimas menos de lo que estimaba
en abril. Además y como se viene constatando en los últimos meses, este
crecimiento presenta diferencias significativas entre países y regiones. Por un
lado, en Estados Unidos la actividad sigue siendo dinámica, aunque menos
intensa de lo esperado. De hecho, el Fondo Monetario ha rebajado recientemente
en más de medio punto sus previsiones para este 2015. En cuanto a las economías
emergentes, aunque la situación es heterogénea, se constata una ralentización
importante en Latinoamérica y en las economías asiáticas y, concretamente, en
el mercado chino destaca una reciente volatilidad muy intensa en los mercados
bursátiles.
En lo que se refiere a la zona euro, la mejoría que se observa
desde finales del año pasado ha continuado afianzándose. Así lo reflejan ya un
buen número de indicadores de actividad y de confianza como el de la OCDE o el
de sentimiento económico de la Comisión y lo que es más importante, muestran
que este comportamiento va a continuar en el futuro. De hecho, la crisis
griega, que constituye el principal foco de preocupación, no parece tener por
el momento un impacto significativo ni en la actividad ni en la confianza de la
zona euro. En consecuencia, los principales organismos internacionales han
elevado las previsiones de crecimiento de la zona euro. En el caso de la
Comisión Europea lo sitúa en el 1,5% para este ejercicio y en el 2% para el
próximo año. Sin duda, detrás de este mejor comportamiento se encuentran
diferentes factores, como la puesta en marcha en marzo del programa de expansión
cuantitativa del Banco Central Europeo, la depreciación del euro y la favorable
evolución del precio del petróleo o el tono más neutral de la política fiscal.
La mejora de la situación económica se ha traducido en un aumento moderado de
las expectativas de inflación, aunque todavía siguen algo alejadas de su nivel
objetivo del 2%.”
Situación de la economía española.
“Como les decía al inicio de mi
intervención, el impulso y vigor de nuestra recuperación se intensifica. El PIB
encadena ocho trimestres consecutivos en positivo y a un ritmo cada vez mayor.
Tras el crecimiento del 0,9% registrado en el primer trimestre, los indicadores
conocidos hasta la fecha apuntan a que el avance en el segundo trimestre puede
ser aun mayor. De hecho, el Banco de España ya ha adelantado un crecimiento
trimestral del 1%. Los indicadores de confianza, como el del sentimiento
económico de la Comisión Europea o el de los consumidores del CIS, se sitúan en
niveles máximos previos a la crisis. A ello se une la mejora de los indicadores
de actividad económica, como PMI, ventas en grandes empresas, ventas
minoristas, producción industrial o venta de automóviles. Este cambio explica
las revisiones al alza que vienen realizando de forma continua los principales
organismos internacionales, el último el Fondo Monetario, que la ha elevando en
seis décimas, hasta el 3,1% para este 2015. Se trata, además, de la mayor
corrección realizada entre los países para los que se publican datos. Señorías,
esta significativa mejora ha llevado al Gobierno a revisar también
recientemente sus previsiones de crecimiento contenidas en el cuadro
macroeconómico para el año 2015 y 2016, hasta el 3,3% y el 3% respectivamente.
Se trata de una subida de cuatro décimas para este año y de una décima para el
año que viene, respecto a las anteriores previsiones recogidas en el programa
de estabilidad. Con ello se amplía el crecimiento diferencial de España
respecto a la zona euro, que esperemos que se triplique en este año y se mantenga
durante el año próximo.
Dentro de esta recuperación se encuentran tres factores
fundamentales. En primer lugar, el importante desapalancamiento realizado por
el sector privado. Empresas y hogares han conseguido reducir sus niveles de
deuda en más de 430.000 millones de euros desde su máximo, convergiendo hacia
la media de la zona euro. En segundo lugar, este desendeudamiento coincide,
además, con el restablecimiento de los flujos de crédito nuevo hacia empresas y
familias, que llevan más de un año en crecimiento positivo. Por último, la
significativa caída de los costes de financiación en más de un 30% para
empresas y hogares desde el año 2012, reduciendo claramente nuestro diferencial
con Europa.
Señorías, estamos, además, ante un crecimiento basado en un patrón
más equilibrado, un patrón que viene impulsado por la mejora de la demanda
interna y por la evolución del sector exterior. Detrás del dinamismo de la
demanda interna se encuentra la recuperación de una serie de factores, como el
mejor comportamiento del mercado de trabajo, la reforma fiscal y la
recuperación de la construcción, entre otros.
Por su parte, el sector exterior
prosigue con su buena evolución. Las exportaciones crecen por encima del 5,5%
interanual en línea con nuestras previsiones. Sin duda, este dinamismo de las
exportaciones ha sido favorecido por las ganancias de competitividad que hemos
acumulado en los últimos años. En consecuencia, tanto este año 2015, como el
próximo 2016, esperamos un superávit por cuenta corriente superior al 1% y una
capacidad de financiación en el entorno del 1,5%. Estas cifras suponen un hito
para nuestro país, ya que conforman cuatro años consecutivos de superávit de la
cuenta corriente y cinco años con capacidad de financiación con respecto al
resto del mundo; algo sin precedentes en la historia económica de España.
Además, me gustaría destacar que esta evolución se produce sin presiones
inflacionistas. Nuestra previsión es que la inflación se mantenga en terreno
ligeramente positivo de aquí a final de año. Se confirma así que no hay riesgo
de deflación y que el mismo nunca existió en España, como ya indiqué en
numerosas ocasiones.
Pero lo fundamental del crecimiento de la economía
española es que viene acompañado de un fuerte ritmo de creación de empleo; así
lo han confirmado los buenos datos de la EPA correspondientes al segundo
trimestre que han sido publicados hoy y que muestran que la recuperación de
nuestro mercado laboral se fortalece. La EPA del segundo trimestre confirma que
se han creado en el último año más de 510.000 empleos, el mayor aumento anual
de la ocupación en un segundo trimestre desde el año 2007. En términos
intertrimestrales se han creado casi 412.000 empleos que, como ya he
mencionado, es el mayor incremento desde hace una década en cualquier trimestre
de la serie. Además, el empleo que se crea es fundamentalmente en el sector
privado, destacando el fuerte crecimiento en el sector servicios y en la
industria; en este último año, se han creado en la industria más de 150.000
empleos. También el paro ha protagonizado una fuerte caída este trimestre en
casi 300.000 personas, en una tendencia que venía observándose ya que en los
últimos doce meses el paro ha disminuido en 475.000 personas. De esta manera,
el número de parados ya es inferior al cuarto trimestre del año 2011, y también
la tasa de paro, del 22,37%, es inferior a la del inicio de la legislatura;
asimismo, es destacable el importante aumento de la actividad en este trimestre
en 116.000 personas. Además, los hogares con todos sus miembros en paro han
descendido en el último año en 176.000 y, asimismo, los hogares con todos sus
miembros ocupados han aumentado en 386.000.
Señorías, esta situación contrasta
fuertemente con la que nos encontramos al inicio de la legislatura. Al principio
de la legislatura, se destruían 700.000 puestos de trabajo en términos anuales,
sin embargo, desde 2014 tenemos creación neta de empleo y este año habremos
creado 600.000 empleos nuevos. Con los datos conocidos hoy, tenemos ya menos
parados que cuando llegamos al Gobierno y les puedo asegurar que también
acabaremos con más ocupados que al inicio de la legislatura. En definitiva,
señorías, hoy tenemos una situación totalmente diferente a la que nos
encontramos. España sufría hace tres años una crisis mucho más intensa que la
de nuestros socios, teníamos una caída del PIB y destruíamos mucho más empleo
que el resto de la zona euro. Hoy, tenemos un crecimiento diferencial respecto
de los principales países de la eurozona y nuestro mercado de trabajo se recupera
y, lo que es mucho más importante, hemos sentado las bases de un crecimiento
sostenible y equilibrado para que este buen comportamiento se prolongue durante
de los próximos años.
Sin embargo, este
camino no es irreversible; si no continuamos con la senda de la corrección de
los desequilibrios podemos volver a la casilla de salida. La situación que nos
encontramos en el año 2011 puede volver a repetirse y todos los esfuerzos y
sacrificios de la sociedad española habrán sido en vano. Por eso, hoy más que
nunca, es necesario mantener el rumbo y continuar reduciendo los desequilibrios
y reforzando nuestra economía. Hemos realizado una importante labor en términos
de las variables económicas flujo, pero seguimos teniendo significativos retos
a los que hacer frente. Necesitamos reducir la ratio deuda pública/PIB, y para
ello es fundamental proseguir con la paulatina consolidación fiscal.
Prevemos
una estabilización de la ratio en el año 2015 por debajo del cien por cien del
PIB y a partir de 2016 comenzará su reducción. El sector privado ha de seguir
con su proceso de desendeudamiento, que todavía sigue en niveles elevados.
Tenemos que mantener el saldo positivo del sector exterior y nuestras ganancias
de competitividad. Hemos logrado corregir uno de nuestros principales
desequilibrios y debemos profundizar en este camino; eso es lo que nos va a
permitir seguir avanzando en la reducción del endeudamiento exterior y mejorar
nuestra posición inversora neta. Debemos seguir reduciendo la elevada tasa de
paro, con especial atención a los colectivos más afectados: jóvenes y parados
de larga duración.
Hemos de continuar reforzando la solvencia del sector
financiero, culminando los procesos aún abiertos y mejorando la solidez de las
entidades en línea con las medidas ya emprendidas. Junto a ello, debemos
profundizar en la reforma de los mercados de bienes y servicios y contribuir a
su dinamización y apertura; en definitiva, seguir tomando medidas para aumentar
la productividad, flexibilidad y resistencia de nuestra economía.
Señorías, no existen vías intermedias, los desequilibrios persisten, nos hacen vulnerables y pueden volver a generar efectos depresivos sobre la actividad, tal y como ya ocurrió por desgracia en el pasado. Es fundamental, por tanto, mantener el impulso reformista.”
Señorías, no existen vías intermedias, los desequilibrios persisten, nos hacen vulnerables y pueden volver a generar efectos depresivos sobre la actividad, tal y como ya ocurrió por desgracia en el pasado. Es fundamental, por tanto, mantener el impulso reformista.”
Negociaciones
europeas en torno a la crisis griega y al tercer programa de rescate.
“Como saben, el pasado 20 febrero
se llegó a un acuerdo con Grecia, ya bajo el nuevo Gobierno griego del
presidente Tsipras; dicho acuerdo consistía en una segunda extensión de cuatro
meses de duración del segundo programa de rescate heleno. El objetivo principal
era completar con éxito la quinta revisión del segundo programa y poner las
bases para iniciar la negociación de un tercer programa de rescate. Durante los
meses posteriores, la confianza entre Grecia, por un lado, y los países de la
zona euro y las instituciones, por el otro, se fue deteriorando como
consecuencia de las complicadas negociaciones. Estas se suspendieron
definitivamente cuando la noche del 26 de junio el Gobierno griego de forma
unilateral e inesperada convocó un referéndum para el 5 de julio con el fin de
someter a votación la propuesta realizada por las instituciones, propuesta que
les recuerdo que todavía se estaba negociando. En consecuencia, el segundo
programa expiró el 30 de junio sin haber concluido. Además, ese mismo día el
Gobierno heleno no pudo hacer frente a los vencimientos de más de 1.500
millones de euros al Fondo Monetario Internacional y entró de inmediato en mora
con este organismo. Asimismo, el Banco Central Europeo, ante la ausencia de un
acuerdo, decidió no elevar el techo de las líneas de liquidez de emergencia a
los bancos helenos, las conocidas como ELA. Ante esta situación, el Gobierno
griego se vio obligado a decretar el cierre de bancos e imponer un corralito
principalmente por la creciente salida de depósitos del país y por la ausencia
del paraguas protector que suponía el programa de asistencia.
El escenario posterior que esta
situación provocó lo conocen sus señorías perfectamente: la población griega
votó no al referéndum y el Gobierno heleno solicitó una nueva ayuda, la
tercera, al mecanismo europeo de estabilidad. Para entonces la confianza de las
instituciones europeas y de sus socios del euro estaba severamente dañada. En
este contexto, la Cumbre del Euro del 12 de julio fue decisiva y supuso un
primer paso hacia el restablecimiento de la confianza. En ella, los jefes de
Estado y de Gobierno de la eurozona acordaron las condiciones generales para un
tercer programa que mantiene a Grecia dentro del euro. Este contempla
inicialmente una ayuda financiera millones de entre 82.000 y 86.000 millones de
euros, de los cuales hasta 25.000 millones podrían destinarse al sector
bancario; además incluirá una estricta condicionalidad que todavía tiene que
concretarse.
En el marco de este acuerdo se
prevé la creación de un fondo griego independiente dotado con activos helenos,
su gestión deberá generar 50.000 millones de euros en los próximos tres años con
los que contribuir al programa de ajuste macroeconómico. También se acordó
conceder un préstamo de urgencia, conocido como préstamo puente, por valor de
7.000 millones de euros; este se ha realizado a través del mecanismo europeo de
estabilidad financiera, está dotado con presupuesto comunitario, si bien se han
establecido garantías para los países de fuera de la zona euro, como conocen
perfectamente su señorías. Esta financiación ha permitido a Grecia liquidar sus
pagos atrasados con el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Grecia y
satisfacer sus obligaciones de deuda con el Banco Central Europeo. Este último
abono era especialmente importante ya que, de no haberse producido, hubiera
supuesto la entrada inmediata de Grecia en bancarrota. Asimismo,
dada la necesidad de restablecer la relación de confianza entre Grecia y las
instituciones, el Gobierno heleno se comprometió a poner en marcha sin demora
un conjunto de medidas como fase previa a la aprobación de esta nueva ayuda.
Dichas medidas, que fueron acordadas con instituciones y aprobadas por el
Parlamento heleno los pasados días 15 y 22, ayer mismo, de julio, formarán
parte también de este tercer programa.
Por último, la pasada semana los
ministros de Economía de la zona euro dimos el mandato a la Comisión Europea
para que iniciara las negociaciones de este nuevo programa de ayuda a Grecia.
Las instituciones están negociando ya y esperamos que todo el paquete completo
del programa, tanto el memorando de entendimiento como la asistencia financiera,
puedan estar listos en torno a la segunda semana de agosto. Entonces el
Eurogrupo procederá a su evaluación. A partir de ahí, se establecerá un periodo
de tiempo en el que los Estados que lo precisen deberán obtener el respaldo de
sus parlamentos. Posteriormente tendremos un segundo Eurogrupo que dará la
aprobación definitiva, en su caso, a este tercer rescate.
Señorías, hasta aquí el relato de los
hechos. Permítanme en este punto hacer una breve referencia al Estado de la
economía griega y al importante deterioro que se ha producido en los últimos
meses. Simplemente recordar, señorías, que a mediados del año 2014 la economía
helena crecía y las perspectivas para el año 2015 apuntaban a unas tasas de
actividad cercanas al 3%. El Gobierno griego realizó entonces emisiones de
bonos en el mercado y, según el Fondo Monetario Internacional, su deuda era
entonces sostenible. Incluso se llegó a hablar de una salida limpia del segundo
programa, tal como ocurrió en el caso de Irlanda y en el caso de Portugal.
Hoy, a penas nueve meses después, la
situación es totalmente distinta. Se estima que el PIB griego caerá en torno al
4% este año. La deuda pública que, insisto, era sostenible a finales del año
2014, ahora se percibe como insostenible según el análisis que realiza el Fondo
Monetario Internacional. Los bancos griegos han permanecido más de veinte días
cerrados y los controles de capitales continúan.
En definitiva, señorías, el caso
griego es una constatación clara de cómo una agenda política y económica errónea
puede deteriorar de forma rápida una economía que además ya había sufrido por
desgracia una contracción del 25% del PIB. Este deterioro no solo ha llevado a
una nueva y profunda recesión, sino que ha complicado las negociaciones y
además ha hecho que el paquete de ayuda financiera para Grecia sea hoy mucho
mayor de lo que hubiera sido necesario a principios de este año."
Posición mantenida y defendida por España durante las largas e intensas
negociaciones con Grecia.
"Como saben, siempre hemos sido
favorables a concederle a Grecia un tercer programa y, sobre todo, a la
permanencia de Grecia en el euro. Hemos acudido a todas las negociaciones con
espíritu abierto y constructivo. Hemos sido flexibles, pero también teníamos
claro que la Unión Monetaria se basa en unas reglas que deben cumplirse por
parte de todos porque son precisamente estas normas las garantes de su
supervivencia y de su éxito.
Hemos defendido la participación del Fondo
Monetario Internacional por su experiencia en este tipo de programas. Desde el
primer momento el Gobierno de España, así como el del resto de Estados miembros
del euro, sostuvo que no podíamos aceptar una quita nominal de la deuda. En
este sentido el acuerdo de la Cumbre del Euro del pasado 12 de julio se ajusta
perfectamente a lo que ha sido la posición española.
Confiamos en que este
nuevo programa ayude a Grecia a recuperar esta senda de crecimiento y que lo
vivido estos años pueda quedar definitivamente en el pasado. No obstante, señorías,
aún existen evidentes retos pendientes por abordar y riesgos considerables.
Fundamentalmente, desde mi punto de vista dos. En primer lugar, un riesgo de
implementación dada la situación política tan compleja del Gobierno griego. No
basta con acordar una serie de medidas, sino que estas deben implementarse para
que la economía helena pueda volver a crecer. En segundo lugar, es
imprescindible integrar tres elementos en el programa cuya compatibilidad
resulta ciertamente compleja. En primer lugar, la participación del Fondo
Monetario Internacional en el tercer programa. En segundo lugar, la ausencia de
quitas nominales a la deuda de Grecia con sus socios europeos y, por último, la
garantía de sostenibilidad de la deuda, que es una condición ineludible establecida
por el Fondo Monetario Internacional.
Señorías,
creo que nadie puede poner en duda la solidaridad de toda Europa y, en
particular, la de España con Grecia. Hemos participado activamente en los dos
programas de asistencia financiera, a pesar de que en el año 2010 nuestras
relaciones económicas, comerciales y financieras con el país heleno eran muy
reducidas. Lo hemos hecho a un coste de financiación elevado para España y
cuando nuestra situación económica no era precisamente la mejor. En el primer
programa de rescate España concedió a Grecia cerca de 6.700 millones de euros
en una serie de préstamos bilaterales.
Esta
financiación tiene hoy un vencimiento de treinta años con un período de
carencia de diez y un coste de Euríbor a tres meses más un margen de 50 puntos
básicos. Esto supone hoy en día un tipo de interés del 0,5%. Creo que es
importante que les recuerde que cuando se acordaron estos préstamos el coste
medio de la cartera en circulación del Tesoro español estaba en torno al 4%,
concretamente el 3,7% en el año 2010. El segundo rescate se instrumentó en 2012 a través de la
Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, que se conoce por sus siglas
inglesas como EFSF. España aportó garantías por valor de casi 17.000 millones
de euros. Las condiciones son igualmente ventajosas tanto por los tipos que
paga Grecia como por la vida media del préstamo con vencimientos a quince años
y periodo de carencia de diez años. El tercer programa se canalizará a través
del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera conocido como MEEF. Si el
programa supone finalmente los 86.000 millones de euros que en estos momentos
se evalúa, dada nuestra correspondiente participación -prácticamente el 12%-,
la exposición de España aumentará en torno a 10.000 millones de euros. Es
decir, la exposición total de España a Grecia se situará después de este tercer
programa alrededor de los 36.000 millones de euros. Coincidirán conmigo,
señorías, en que tanto este volumen de exposición como la trascendencia
política de lo sucedido con Grecia en los últimos meses hacen necesario que el
Gobierno eleve a debate y aprobación de la Cámara la posición de España ante
este tercer programa."