Hoy
es un día triste para nuestra democracia, de aquellos que jamás deberíamos
haber vivido. No nos lo merecemos ninguno de los españoles, y por supuesto en ellos incluyo a los catalanes.
Reproduzco
aquí las palabras que acaba de pronunciar el Presidente Mariano Rajoy en rueda
de prensa.
"Señoras
y señores, muy buenas tardes y muchas gracias por su asistencia a esta
convocatoria.
He querido dirigirme esta noche a
todos ustedes como presidente del Gobierno de España; una gran Nación, de las
más antiguas de Europa y de las más desarrolladas del mundo; una democracia
madura y avanzada, amable y tolerante, pero también firme y determinada, que
conforma un Estado de Derecho con todas sus garantías. Nuestra Nación.
Siempre he creído que mi principal
obligación como presidente del Gobierno es cumplir la Ley y hacerla cumplir,
proteger y garantizar la democracia; pero también amparar la convivencia y
buscar la concordia. Ser el presidente de todos los españoles, de quienes me
han votado y de quienes nunca lo harán. Eso es lo que he hecho siempre y de eso
les quiero hablar hoy.
A esta hora puedo decirles con toda
rotundidad lo que todos ustedes ya saben y lo que hemos constatado a lo largo
de esta jornada: hoy no ha habido un referéndum de autodeterminación en
Cataluña.
Hoy todos los españoles hemos
constatado que nuestro Estado de Derecho mantiene su fortaleza y su vigencia,
que responde a quienes lo contravienen, que reacciona frente a los que lo
quieren subvertir, que actúa con todos sus recursos legales ante cualquier tipo
de provocación y que lo hace con eficacia y con serenidad.
Hoy no hemos asistido a ninguna
suerte de consulta, sino a una mera escenificación; un episodio más de una
estrategia contra la convivencia democrática y la legalidad.
En esa irresponsable estrategia
política algunos han intentado hurtar la voz de los que piensan de forma
distinta. Han vulnerado los derechos más fundamentales y han traspasado los
límites del más elemental decoro democrático. Lo pudimos comprobar
fehacientemente en el pleno del Parlament, los días 6 y 7 del mes pasado,
cuando en pocas horas pretendieron cancelar de un plumazo la Constitución y el
Estatut, al tiempo que liquidaban los derechos democráticos de toda la
oposición.
Pretender que las arbitrariedades y
abusos a los que hemos asistido desde entonces pasen por ejercicios
democráticos es una burla a la esencia misma de la democracia. Hemos visto
comportamientos y actitudes que repugnan a cualquier demócrata y que nunca más
se deben repetir: adoctrinamiento de niños, acoso a jueces o acoso a
periodistas, sin ir más lejos.
Quiero dejar meridianamente claro que
los responsables de estos hechos, de los que han tenido lugar hoy y de los que
nos han traído hasta aquí, son única y exclusivamente quienes han promovido la
violación de la legalidad y la ruptura de la convivencia. No busquen más culpables,
no los hay.
Tengo muy presente a tantos catalanes
a quienes se engañó al convocarles a participar en una movilización ilegal,
desarticulada logísticamente y sin ningún tipo de garantía. Entiendo la
frustración que hoy pueden sentir y lo lamento sinceramente; pero también les
digo que el cauce para debatir sobre sus demandas políticas no puede venir
nunca de la quiebra de la legalidad o de la imposición, sino de un diálogo leal
en el que se escuche y se atienda a todos.
Quiero significar ante toda España
que la gran mayoría del pueblo de Cataluña no ha querido participar del guion
de los secesionistas. Eso es algo indiscutible.
Hoy, la gran mayoría de los catalanes
han demostrado que son gente de ley, en el más noble sentido de la expresión.
Sin aspavientos y sin ruidos han ignorado la convocatoria y al hacerlo han
sabido situarse al lado de la democracia y en favor de la convivencia. Quiero
agradecérselo muy especialmente. Han dado pruebas de un gran civismo y de un
respeto insobornable a los principios que fundamentan nuestra convivencia. Han
sabido resistir el embate de las peores prácticas populistas.
Tienen que saber que todos los
españoles valoramos su actitud. Desde ese respeto a una convivencia pacífica y
legal, juntos hemos construido y seguiremos construyendo una nación que ha sido
capaz de edificar una democracia plena y una voluntad común de bienestar y de
progreso.
A lo largo de nuestra larga historia
compartida los españoles hemos sido capaces de superar las diferencias más
dolorosas y también las dificultades que parecían más insalvables. Hemos sido
un ejemplo para el mundo por nuestra capacidad de creer en nosotros mismos y
superarnos a cada paso.
El Gobierno, como saben, mantuvo en
todo momento que ese referéndum no se iba a celebrar y lo sabían hace meses los
promotores de ese desafío. Lo sabían y lo admitían esta semana. Lo reconocieron
ayer con total claridad y hoy lo han constatado. Sabían que el referéndum era
ilegal, improcedente e imposible; pero decidieron seguir adelante y promover un
verdadero ataque al Estado de Derecho y al modelo democrático, sin que les
importase nada ni nadie; un ataque premeditado y consciente al que el Estado ha
reaccionado con firmeza y serenidad. El referéndum que pretendía liquidar la
Constitución Española e independizar a una parte de nuestro país sin contar con
la opinión del conjunto de los españoles simplemente no ha existido.
Se ha
evitado con el fundamento de la Ley, con el respaldo de los demócratas, con la
determinación de los Tribunales y con la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado.
Quiero dar desde aquí las gracias a
los partidos políticos, que han mostrado su lealtad con el Estado en esta
difícil circunstancia; a los jueces y fiscales, que han aplicado la Ley sin
temor a los acosos antidemocráticos de que han sido objeto en las últimas
fechas; de manera muy especial a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Han cumplido con su obligación y
con el mandato que tenían de la Justicia. Hubiera sido más fácil para todos
mirar hacia otro lado mientras se perpetraba un ataque tan grave a nuestra
legalidad, pero no lo han hecho. Todos han respondido, con lealtad, a su
compromiso con la democracia y con el Estado de Derecho.
Quiero, igualmente, resaltar y
agradecer el apoyo sin fisuras de la Unión Europea y de toda la Comunidad
Internacional, que en todo momento han entendido que lo que aquí estaba en
juego era la vigencia de nuestro orden constitucional.
Y quiero que sepan que hemos hecho lo
que teníamos que hacer. Somos el Gobierno de España y yo soy el presidente del
Gobierno de España, y he asumido mi responsabilidad. Hemos cumplido con nuestra
obligación, hemos actuado, como dije desde el principio, con la Ley y solo con
la Ley, y se ha demostrado que nuestro Estado democrático tiene recursos para
defenderse de un ataque tan serio como el que se intentó perpetrar con este
referéndum ilegal.
Hoy ha prevalecido la democracia
porque se ha cumplido la Constitución.
Desde el principio de este proceso
sin sentido y a lo largo de la jornada de hoy, hemos visto cómo algunos han
pretendido saltarse la Ley, los márgenes de la convivencia y los límites del
orden público; pero lo que se han encontrado es la serenidad y la sensatez de
quienes saben que sus derechos y libertades están protegidos por la Ley,
garantizados por los Tribunales y respaldados por el Estado de Derecho.
Hoy todos tenemos motivos para
confiar en la democracia. Ha fracasado un proceso que solo ha servido para
sembrar división, enfrentar a los ciudadanos, soliviantar las calles y provocar
situaciones indeseadas. Solamente ha servido para causar un grave daño a la
convivencia; la convivencia, un bien que debemos empezar a recuperar cuanto
antes.
Lo digo con toda claridad: yo no voy
a cerrar ninguna puerta. Nunca lo he hecho. No es mi manera de hacer política.
Siempre he ofrecido diálogo honesto y sincero; pero siempre dentro de la Ley y
siempre en el marco de la democracia.
La convivencia en España se ha
cimentado siempre en el acuerdo y así ha de seguir siendo. No podemos permitir
que la voluntad de concordia de los últimos cuarenta años se sustituya por el
chantaje de unos pocos a toda una Nación.
Han tenido muchas oportunidades para
abandonar su empeño ilegal. No han querido. Yo lo he intentado. Les hemos
pedido muchas veces que rectificasen y no nos han escuchado. Tenían todos los
motivos para renunciar a su sinrazón y no han querido hacerlo. Esperemos que lo
hagan ahora y que no se empecinen en el error; que renuncien a dar nuevos pasos
en un camino que, como ha quedado hoy de manifiesto, no conduce a ninguna
parte.
Mañana debemos comenzar el
restablecimiento de la normalidad institucional. Vamos a hacerlo, como siempre,
desde la firmeza y la serenidad, y también --eso pretendo yo, al menos-- desde
la unidad. Por eso, quiero seguir contando con el apoyo de los partidos que
defienden nuestros fundamentos constitucionales.
Por ello, me propongo convocar a
todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria para reflexionar
juntos sobre un futuro que tenemos que afrontar juntos. Asimismo, solicitaré
mañana mismo mi comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Señoras y señores,
Si algo debo destacar de esta jornada
es la constatación de la fortaleza de la democracia española, la eficacia de
sus instituciones, la lealtad de sus servidores públicos y la unidad y
responsabilidad manifestada por la gran mayoría de los ciudadanos.
Son fundamentos muy sólidos para que
los españoles y, por ello, también todos los catalanes, a lo largo de tantos
siglos, podamos continuar unidos por la senda de las libertades, la Justicia,
el progreso y la convivencia democrática.
Buenas noches y muchas gracias".