Reseño aquí aluno de los titulares de la intervención de Cayeyana Álvarez de Toledo ayer en el Congreso:
“Señora Calvo, no voy a culparle del drama humano de la inmigración, ni siquiera voy a pedirle que lo resuelva con muros infranqueables y otras fórmulas mágicas, lo que sí le digo y exijo en nombre del Grupo Parlamen- tario Popular es que deje de agravarlo; su política es inflamable.
“Señora Calvo, no voy a culparle del drama humano de la inmigración, ni siquiera voy a pedirle que lo resuelva con muros infranqueables y otras fórmulas mágicas, lo que sí le digo y exijo en nombre del Grupo Parlamen- tario Popular es que deje de agravarlo; su política es inflamable.
Hacen negocio y politiqueo electoral bajo la máscara de la solidaridad. Convirtieron al Aquarius en un spot publicitario, abandonaron la política y se zambulleron en el fango de la demagogia. Esa es la triste virtud del Open Arms: exponer lo que ocultaba su máscara de solidaridad con un utilitarismo despiadado, y como ya no podían aprovecharlo como con el Aquarius, el barco se fue a la deriva.
El sanchismo y el salvinismo son las dos caras de la misma moneda, hacen lo mismo: utilizan a los inmigrantes para ganar votos, unos pescan en el océano del sentimentalismo irresponsable, y los salvinistas cazan en la selva de la xenofobia y el odio al diferente.
Sánchez solo da la cara cuando sus rasputines le dicen que toca posados fotográficos, como acaba de hacer en Canarias, con la famosa foto en forma de V de victoria, de vanidad, de vacuidad o de vacaciones.
Iglesias ha sustituido el asalto a los cielos por la sumisión a la divinidad sanchista, que lo veta, lo humilla, dice que es un riesgo para la democracia y él se lo agradece impidiendo su comparecencia hoy aquí. Eso se llama masoquismo político, salvo que le vayan a dar tres ministerios y un par de vicepresidencias, algo que no sabemos. En cualquier caso, la factura, en forma de nuevas elecciones o un gobierno incapaz de gobernar, la pagaremos todos los españoles.