Hoy el diario “La Voz de Galicia“ publica una información del muy buen periodista y especialista en temas ferroviarios y de infraestructuras, Pablo Gonzalez que titula: “El tren que puede tener Galicia: más de 500 plazas y una velocidad de 330 km/h” y que subtitula “Renfe negocia la entrega de los AVE de última generación que podría estrenar la línea gallega”
Por su interés lo reproduzco íntegramente:
«Necesitamos esos trenes como agua de mayo». La presidenta del ADIF, Isabel Pardo de Vera, reflejaba su preocupación por los plazos de entrega de las primeras unidades de los Talgo Avril para proceder a las pruebas de homologación, unos trenes que da por hecho que se destinarán a Galicia para poder cumplir con los compromisos de los tiempos de viaje (algo más de tres horas desde las ciudades atlánticas) y adaptarse a una red donde convivirá el ancho internacional hasta Ourense y el ibérico desde la capital ourensana hasta el resto de las ciudades gallegas, pues una de las remesas adjudicadas por Renfe cuenta con ejes de ancho variable para circular por los dos tipos de vía. «Deberían empezar a salir las primeras unidades para las pruebas», aseguró la gallega que dirige el administrador ferroviario, que también garantizó todo tipo de facilidades para las circulaciones de homologación.
El mercado y la fabricación de trenes está en ebullición ante la próxima liberalización de las conexiones de larga distancia en diciembre del 2020. Hay muchas empresas y consorcios interesados en operar en otros países -entre ellos España-, pero hay una falta evidente de material rodante y los trenes no se fabrican de un día para otro. Las remesas de trenes Avril se adjudicaron entre el 2016 y el 2017, comenzaron a fabricarse en el 2018 y este año Talgo anunció que se había aumentado sensiblemente el ritmo de fabricación de estas unidades. Algunas fuentes dan por hecho que las primeras unidades podrían salir de la fábrica de Las Matas (Madrid) a finales de este año o a principios del 2020, siendo junio de ese año la fecha límite que se había fijado en un principio.
Las claves del Avril
No obstante, Renfe está negociando ya la entrega de las primeras unidades, y las fechas están aún en el aire, pero próximas en cualquier caso. «Renfe está manteniendo reuniones con Talgo con la intención de analizar el orden y las fechas de entrega de los trenes, estando pendiente del acuerdo final entre las partes». Esta fue la contestación de la compañía ferroviaria pública a la pregunta de los diputados del PP Celso Delgado y Ana Belén Vázquez, que se interesaban precisamente por los plazos de entrega de este material rodante.
Las prestaciones del tren
El nuevo modelo de Talgo es uno de los trenes de muy alta velocidad más avanzados que se construyen actualmente en Europa. Puede tener entre 500 y 600 plazas gracias a que se aprovecha al máximo el gálibo de ancho, lo que permite aumentar una fila más la disposición de los asientos, que se organizan en grupos de dos y de tres. Y todo esto evitando el efecto low cost, consistente en aumentar el número de plazas renunciando a la comodidad. El Avril (que corresponde a Alta Velocidad Rueda Independiente Ligero) logra por tanto una de las aspiraciones de las operadoras: un tren con más plazas de un solo piso -los de dos pisos son más aparatosos y menos aerodinámicos- y, además, con mayor eficiencia energética, pues es un tren mucho más ligero que sus predecesores, lo que compensa el aumento de masa al tener una caja más ancha.
Todos estos factores permitirán a Renfe ofrecer precios más competitivos en un modo de transporte liberalizado en el que se supone que la competencia también actuará a la baja sobre el coste de los billetes. Será el primer tren de alta velocidad del mundo con la configuración 3 + 2. Los coches o vagones son más cortos, hay más puertas y por tanto se reduce el tiempo de parada para que entren y salgan los viajeros.
A todo esto hay que sumar la prestación de la rapidez. Los Avril pueden alcanzar una velocidad comercial de 330, un registro para el que la infraestructura que está ya en servicio desde Madrid y la que está en su última fase en Galicia estarían preparadas. Aunque de momento el límite se sitúa en 300 por hora, suficiente para competir con el avión en distancias como la de Galicia-Madrid y, por supuesto, con el vehículo privado. En cualquier caso, este material rodante será mucho más competitivo y fiable que los actuales S-730 (servicio Alvia) que cubren actualmente esta conexión con una velocidad máxima de 250. Talgo presentará este tren al concurso de la línea de alta velocidad entre Londres y Birmingham.
La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, se interesó en varias ocasiones -por carta y en reuniones con directivos de Renfe- por la asignación de estos trenes a la línea gallega, pues sin ellos no se aprovecharían las prestaciones de la nueva infraestructura, que debería estar terminada en el 2020.
Aunque desde la esfera de Fomento y del ADIF se da por hecho que estos trenes se destinarán a la línea de alta velocidad que unirá Galicia con Madrid, la última respuesta parlamentaria de Renfe no garantiza de forma explícita este compromiso. Asegura que se seguirán «los mismos criterios que se utilizan para todo el parque de Renfe. Por un lado los comerciales, que dependen del «dimensionamiento de la oferta respecto a la demanda»; por otro los técnicos, en referencia a la infraestructura por la que pueden circular, «la ubicación, la distancia a las bases de mantenimiento y la disponibilidad».