Ayer el recién nombrado ministro José Luis Ábalos, presentó el nuevo
Ministerio de Fomento y que pasa denominarse Ministerio de Transportes,
Movilidad y Agenda Urbana.
Señaló que tiene encomendadas dos grandes áreas políticas: la movilidad y
la vivienda.
Y que “el Valor Añadido Bruto de las actividades que están dentro del
ámbito de competencias del Ministerio: el transporte, la construcción y las
actividades inmobiliarias, representan algo más del 20% del PIB español. Este
Ministerio es el responsable de alrededor del 80% de la inversión pública civil
de Gobierno de la Nación. El 42% del gasto de las familias españolas se
destina, precisamente, a vivienda (30%) y a transporte (12%).
Más del 50% del consumo de energía final en España procede del transporte o
de la edificación.
Estos datos ilustran, por sí mismos, de que hablamos cuando hablamos de
transporte, movilidad y agenda urbana. Pero además somos un Ministerio
transversal, que incide, en la competitividad del turismo, en el sector
exterior y en el sector industrial o en la seguridad vial…
Por eso, podemos afirmar que no tendremos éxito en la reorientación social,
ambiental y modernizadora de España si no acertamos en la reorientación las
políticas de este departamento.”
MINISTERIO DE TRANSPORTE, MOVILIDAD Y AGENDA URBANA
(MITMA)
A continuación dijo : “Venimos anunciando la necesidad de esa reorientación
desde hace bastante tiempo.
Ya en mi primera comparecencia en el Congreso de los Diputados como
Ministro hablaba de un nuevo tiempo para las infraestructuras, la movilidad y
la vivienda.
Un tiempo caracterizado por los desafíos de nuestro país. Los desafíos de
la desigualdad y de la exclusión social o territorial, que afectan y, a veces,
angustian a muchos compatriotas: a jóvenes, desempleados, personas que viven en
barrios periféricos, áreas deprimidas o en entornos rurales, o a las personas
que han tenido menos oportunidades para formarse. Si no afrontamos estas
desigualdades estaremos poniendo en riesgo no solo nuestro crecimiento
económico, sino también nuestra estabilidad democrática.
Igualmente, los desafíos ambientales y del cambio climático que ya nos
afectan a todos nosotros requieren una reorientación en el Ministerio. El
transporte y la edificación son responsables del 36% de las emisiones de Gases
de Efecto Invernadero (GEI) en España y tenemos que reducirlos en
aproximadamente un tercio en 2030 y eliminarlos en 2050. Acertar en esas
políticas en vital. Tenemos que hacer una transición ecológica justa y
rápida.
También los desafíos de la transformación digital. El sector del transporte
está viviendo una revolución tecnológica. Fenómenos como el vehículo autónomo,
los vehículos compartidos, las plataformas digitales de movilidad o la
electrificación del automóvil son realidades sobres las que tenemos que
trabajar ya. Para este Ministerio la transformación digital no es un tema de
futuro, es un tema de presente.
Tenemos también grandes desafíos de movilidad, vivienda y salud pública en
el ámbito de las grandes ciudades, de las ciudades medianas y de los entornos
rurales que apelan a nuestras formas de hacer las cosas en el Ministerio.
No podemos dar la espalda a estas realidades. En eso consiste la
reorientación del Ministerio y por eso la nueva denominación. Ministerio de
Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
Una denominación que nos homologa con los países de nuestro entorno y que
simboliza esta nueva orientación, más contemporánea y ajustada a los retos del
momento.
A este Ministerio se le asocia, tradicionalmente, como un Ministerio
constructor de infraestructuras. Ligado a su carácter dinamizador de la
economía y a lidiar con las reivindicaciones de políticos territoriales, más
que como un proveedor de políticas públicas para el día a día de los
ciudadanos.
Este enfoque pudo tener sentido hace un siglo o hace unas décadas. Pero hoy
no captura bien nuestra misión.
Esto no quiere decir que la acción constructora del Ministerio de Fomento
vaya a pasar a un segundo plano. Seguirá teniendo un protagonismo destacado, ya
que hay corredores por completar (sobre todo en el ámbito ferroviario) que
requieren grandes volúmenes de inversión. Pero esta acción inversora deberá
responder eficazmente a los desafíos de la movilidad, el urbanismo y la
vivienda de España en el actual contexto social y tecnológico.
Eso ahora implica priorizar las Cercanías, la intermodalidad y la
innovación tecnológica, entre otras cosas. Inversión sí, toda la que sea
posible, pero inversión eficaz.
Este Ministerio seguirá siendo, también, el Ministerio territorial, pero
con un enfoque más orientado a las necesidades reales de las personas y del
sector productivo.
PRIORIDADES Y PROGRAMA DE ACCIÓN
Finalmente dijo "una vez establecidos los principios y la lógica de nuestra acción política,
quiero establecer, aunque sea brevemente, algunas prioridades concretas. No
tenemos mucho tiempo que perder.
Vamos a dar un impulso decisivo y la prioridad es aprobar la Estrategia
Movilidad Sostenible, Segura y Conectada, como nuestro marco general para hacer
avanzar las políticas de movilidad en la línea de la reorientación que antes
comentaba.
No vamos a comenzar la legislatura llenando mapas con promesas de más y más
infraestructuras. Eso no lo hace ya ningún país que tenga el desarrollo
económico y de infraestructuras de España.
Ello no significa, reitero, dejar de invertir sino invertir con más
racionalidad. Y tampoco significa menos actividad privada. De hecho, el sector
privado puede ser protagonista y salir muy beneficiado de las transformaciones
en curso. Ya hay muchas empresas y sectores que están generando actividad
económica con este nuevo enfoque.
La implantación de esta Estrategia de Movilidad requerirá la aprobación de
la que será la gran Ley de Movilidad que el sector y España nos reclama desde
hace décadas.
Esta ley debe establecer normas y procedimientos claros para seleccionar
inversiones, fijar la financiación del transporte público, resolver las
inconsistencias del modelo viario, profundizar en la normativa de seguridad,
fijar principios y responsabilidades de colaboración entre administraciones y
avanzar en la sostenibilidad financiera de las infraestructuras de transporte,
entre otros aspectos clave para nuestro país.
Esta ley debería resultar de un acuerdo muy amplio. Hablamos ya en todo
este tiempo de un Pacto de Estado al que no que queremos renunciar, porque les
interesa a los españoles.
Tenemos que seguir trabajando para dar contenido real en el derecho de las
personas a una vivienda digna y acabar con el cóctel de precariedad laboral y
alquileres desorbitados que impide a nuestros jóvenes emanciparse en tiempo y
condiciones.
Reorientaremos los programas del Plan Estatal desarrollando dos Planes
diferenciados: uno de rehabilitación y otro de acceso a la vivienda, configurar
un auténtico parque público de vivienda para el alquiler asequible como otros
países europeos.
Desarrollaremos iniciativas que den seguridad jurídica a la gestión
urbanística, y una Ley de Vivienda estatal que también es una reivindicación
histórica de diferentes colectivos.
Y completaremos la política de vivienda con un enfoque más amplio.
Vamos a ser un auténtico Ministerio de las Ciudades y avanzar en la línea
de la Agenda Urbana Española como política palanca de la Agenda 2030.
Promoveremos el uso racional de suelo, una planificación que minimice las
necesidades de movilidad, que entienda la vivienda como un bien básico de los
ciudadanos, la arquitectura y su relación con entorno, la cohesión social y la
equidad, la economía circular, las nuevas tecnologías y la innovación.
También hemos querido mantener en el Departamento el título de Transportes
como una forma de poner en valor la actividad económica que desarrollan los
transportistas y que puedan ver en este Ministerio un órgano de gestión próximo
que empatice con su actividad."
Esperamos la presencia del nuevo Ministro - al que doy la enhorabuena por su nombramiento - en el Congreso de los Diputados para que haga una presentación más completa del Ministerio y se someta al debate con los Grupos Parlamentarios.