El Proyecto de Ley para la transformación digital del sistema financiero ha sido aprobado por unanimidad, con 37 votos favorables, por la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital, reunida este jueves 17 de septiembre para tramitar este proyecto con competencia legislativa plena. La iniciativa legislativa continúa así su tramitación en el Senado.
Este proyecto de ley, aprobado por el Gobierno el 18 de febrero, contempla la creación de un "sandbox", o espacio controlado de pruebas, para acompañar la transformación digital del sistema financiero y que permitirá llevar a la práctica proyectos tecnológicos de innovación en el sistema financiero con pleno acomodo en el marco legal y supervisor. Establece para ello un entorno jurídico adecuado y así garantizar que el proceso innovador se desarrolla de forma eficaz y segura para los usuarios.
A él se habían presentado un total de 39 enmiendas al articulado, de las cuales la ponencia ha acordado por mayoría incorporar las número 1, 3, 4 y 6 del G.P. Vasco (EAJ-PNV); 12 y 14 del G.P. Ciudadanos; 18, 19 y 23 del G.P: Plural; y 28, 29, 30, 32, 34, 35 y 39 del G.P: Popular. Asimismo, se ha acordado incluir 7 enmiendas transaccionales presentadas por el Grupo Parlamentario Socialista. De igual forma, se han efectuado correcciones técnicas. El informe de la ponencia ha sido aprobado en sus propios términos, al rechazarse las enmiendas que los grupos parlamentarios habían mantenido vivas,
El conjunto de medidas incluidas en la presente Ley trata de acompañar la transformación digital del sistema financiero enfocándola hacia dos objetivos principales: garantizar que las autoridades financieras dispongan de instrumentos adecuados para seguir cumpliendo óptimamente con sus funciones en el nuevo contexto digital; facilitar el proceso innovador a fin de lograr un desarrollo más equitativo mediante el mejor acceso a la financiación de los distintos sectores productivos y la captación de talento en un entorno tecnológico internacional altamente competitivo.
Este proyecto se justifica en la transformación digital de la economía y del sector financiero en particular representa un fenómeno de cambio estructural, impulsado tanto por factores tecnológicos como por variaciones en la demanda de los servicios solicitados por el ciudadano y la empresa. Los incrementos en la capacidad de computación, la digitalización de información, la conectividad global facilitada por internet, el reducido coste marginal del almacenamiento de datos y los avances en la capacidad de tratamiento de estos, están posibilitando una transformación profunda de los procesos de producción, comercialización y distribución de bienes y servicios en la economía.
La participación en el espacio controlado de pruebas hace necesario garantizar plenamente los objetivos de política pública en tres ámbitos especialmente sensibles: la protección de datos de carácter personal, la protección a los usuarios de servicios financieros y la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo. El entorno de pruebas será un espacio controlado por las autoridades responsables con la finalidad última de contribuir a facilitar el acceso a financiación como motor de la economía y a mejorar la regulación actual.
Entre las modificaciones incluidas durante la tramitación en el Congreso, en la fase de ponencia, se incorporan dos disposiciones adicionales, en la primera habilita a la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional para la fijación del modelo de solicitud y la primera fecha de presentación de solicitudes de acceso al espacio controlado de pruebas; en la segunda establece que la aplicación de las previsiones contenidas en la Ley no deberá ocasionar incremento del gasto público.
Las cuatro disposiciones finales se refieren al objetivo y desarrollo del resultado de las pruebas para simplificar la legislación existente y los procedimientos pertinentes, al título competencial, la habilitación para el desarrollo reglamentario y la entrada en vigor.
Con la aprobación del Proyecto de Ley en el Congreso de los Diputados, el texto se remite al Senado, donde será igualmente debatido y votado. En caso de que la Cámara Alta incorpore enmiendas, este Proyecto de Ley volverá al Congreso para su aprobación definitiva. De no hacerlo, la Ley quedará directamente aprobada.