Ayer conocimos que hace dos días, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV* con España.
Y en una
nota emitida en Washington, DC dice:
“La pandemia
de COVID-19 ha afectado profundamente a la economía y la sociedad de España,
tras cinco años de fuerte crecimiento generador de empleo. En el primer
semestre del año, España sufría la mayor contracción (12,8%) entre las grandes
economías avanzadas. La magnitud de la caída refleja la escala de la
propagación de los contagios, que exigió medidas estrictas de confinamiento, y
las características estructurales que hacen que la economía sea más vulnerable
ante disrupciones, como el gran predominio de pequeñas y medianas empresas, la
importancia del turismo y el uso generalizado de los contratos temporales. El
relajamiento gradual de las medidas de confinamiento insufló algo de vida a la
actividad durante el verano, pero la gravedad de la segunda ola de contagios es
preocupante.
Un paquete
de medidas de mantenimiento de rentas y apoyo a la liquidez ha contenido los
efectos económicos de la pandemia. El régimen de expedientes de regulación
temporal de empleo (ERTE) ha sido fundamental para limitar el impacto sobre el
desempleo. El sector bancario —respaldado por medidas de política como avales
con fondos públicos y la política monetaria expansiva del BCE— ha continuado su
apoyo a la economía real con actividades de intermediación de crédito, a
diferencia de la crisis financiera mundial. Mitigar el impacto sobre la
economía está afectando significativamente las finanzas públicas: se espera que
el coeficiente de deuda pública aumente hasta aproximadamente el 120% del PIB
en 2020.
En el marco
de un escenario de referencia sin nuevas medidas estrictas de confinamiento
generalizadas, se prevé que la actividad se contraiga aproximadamente un 12% en
2020, y que se recupere parcialmente en 2021 en aproximadamente un 7%. La
recuperación depende de un fuerte repunte del consumo privado y un incremento
sustancial de la inversión pública financiada principalmente con fondos
anticipados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE (MRR). La
incertidumbre sobre las perspectivas es muy elevada. Los riesgos se decantan
marcadamente a la baja, y dependerán fundamentalmente de la contención de la
segunda ola de contagios, del tamaño, los plazos y la composición del gasto
adicional financiado por la UE, así como del éxito de las medidas de política
en la mitigación de las cicatrices sobre el tejido productivo.
Evaluación
del Directorio Ejecutivo
Los
directores ejecutivos observaron que la pandemia de COVID-19 ha afectado
profundamente a la economía y la sociedad de España, provocando la trágica
pérdida de vidas, el aumento del desempleo y una pronunciada recesión
económica. La recuperación será dilatada y estará sujeta a importantes riesgos
e incertidumbre. Las perspectivas a corto plazo dependerán fundamentalmente de
la efectividad de las nuevas medidas de contención y la preparación del sistema
sanitario.
Los directores
elogiaron a las autoridades por su rápida y contundente implementación de
medidas de mantenimiento de rentas y apoyo a la liquidez para mitigar los
efectos económicos y sociales de la pandemia. Subrayaron la importancia de
continuar con las medidas de apoyo de política económica hasta que la
recuperación se encuentre firmemente encauzada, al mismo tiempo que se mantiene
la flexibilidad para adaptar ese apoyo a la evolución de los acontecimientos.
Los directores coincidieron en que, a medida que la pandemia retroceda, el
apoyo fiscal deberá focalizarse cada vez más en los grupos vulnerables y las
empresas viables, facilitando la reasignación de recursos hacia sectores en
expansión.
Los
directores subrayaron la urgencia de abordar las vulnerabilidades del sector
empresarial. Recomendaron priorizar el apoyo de capital focalizado en las
empresas viables, con una estrategia de salida bien diseñada. Alentaron a que
continúen los esfuerzos para fortalecer los marcos de resolución de deuda
privada y ampliar la capacidad de los juzgados de lo mercantil.
Los
directores observaron la fortaleza del sistema financiero, que ha contribuido a
mitigar el impacto de la crisis. Hicieron hincapié en la necesidad de mantener
una sólida supervisión, junto con medidas de alivio y políticas prudentes en
materia de dividendos. Los directores celebraron los esfuerzos para fortalecer
el marco de lucha contra el lavado de dinero (ALD) y el financiamiento del
terrorismo (LFT). También alentaron a que se potencien los marcos de gestión de
crisis, tanto a nivel nacional como europeo, abordando las carencias existentes
en los regímenes de resolución y liquidación.
Los
directores celebraron la intención de las autoridades de utilizar fondos
europeos para respaldar la recuperación económica a corto plazo y fomentar un
cambio estructural hacia una economía más productiva, más verde y digital, en
consonancia con las prioridades de política de los planes de recuperación
nacionales. Subrayaron la necesidad de eficiencia en la coordinación, la
ejecución y la supervisión de los planes.
Los
directores coincidieron en que, a medio plazo, será necesaria la consolidación
fiscal para reconstruir los colchones fiscales y situar la deuda en una senda a
la baja. Celebraron los esfuerzos en curso para mejorar la progresividad de los
impuestos y la capacidad de recaudación de impuestos, y alentaron nuevas
reformas del sistema de pensiones.
Los
directores observaron que la pandemia ha agravado las ya altas disparidades
socioeconómicas en España. Celebraron los esfuerzos para fortalecer la red de
seguridad en el ámbito social con la introducción del régimen de ingreso
mínimo. Alentaron una mayor recapacitación y rentrenamiento para los
trabajadores desplazados, la actualización de las prestaciones por desempleo,
que se aborde la dualidad del mercado laboral y la mejora de la igualdad de
género.
*Conforme al
Artículo IV de su Convenio Constitutivo, el FMI mantiene conversaciones
bilaterales con sus miembros, habitualmente todos los años. Un equipo de
funcionarios del FMI visita el país, recaba información económica y financiera,
y analiza con las autoridades la evolución del país y sus políticas en materia
económica. Tras regresar a la sede del FMI los funcionarios elaboran un informe
que sirve de base para el análisis del Directorio Ejecutivo.