martes, 1 de diciembre de 2020

La OCDE pronostica que en España la recuperación será gradual e incompleta

En el informe de diciembre de las Perspectivas Económicas de la OCDE se dice sobre España:

“Tras  la  fuerte  caída  registrada  en  2020,  se  prevé  que  el  PIB  crezca  un 5%  en  2021  y  4%  en  2022.  Las restricciones localizadas que se han adoptado para hacer frente a los brotes de COVID-19 y las continuas alteraciones  sufridas  por  el  turismo  y  los viajes lastrarán  la  recuperación hasta  que  una  vacuna  se despliegue ampliamente. 


La elevada incertidumbre y las adversas condiciones del mercado laboral incidirán negativamente en el consumo privado. A medida que la demanda externa se recupere gradualmente, las exportaciones contribuirán al crecimiento en 2021-2022. 

Se prevé que la tasa de desempleo siga siendo elevada. Deberá mantenerse el actual enfoque flexible de adaptar las políticas a la evolución de la pandemia para ayudar a las empresas y los trabajadores, al focalizar el apoyo fiscal para los más afectados por la crisis. Si bien  ampliar  los  programas  de  reducción  temporal  de  empleo  servirá  de  ayuda  a  los  sectores  más afectados, estas medidas deben ir acompañadas de una mayor formación y de políticas activas de empleo más sólidas para facilitar la reasignación de recursos entre empresas y sectores. 

El plan de recuperación nacional  se  centra  especialmente  en  los  objetivos  de  inversión  verde  y  digital,  que  deberán  alcanzarse mediante  reformas  estructurales  ambiciosas  para  impulsar  la  productividad,  crear  empleo  y  mejorar  los resultados ambientales.

Fuerte repunte de los contagios

A pesar de la adopción de algunas restricciones nuevas, como el cierre nacional de bares y discotecas en agosto, el número de casos ha aumentado con fuerza en otoño. Un nuevo estado de emergencia ha sido anunciado hasta el 9 de mayo 2021 y se ha declarado un toque de queda en octubre. Además, se han introducido medidas regionales  de contención desde  septiembre, como restricciones  en  actividades no esenciales,reuniones de grupos y a la movilidad, medidas de confinamiento parcial, el cierre de hoteles y restaurantes y cambios en los horarios de cierre de las empresas.

La recuperación ha sido desigual en los distintos sectores y comunidades autónomas. 

No  obstante  la  firme  recuperación  registrada  en  el  tercer  trimestre  de  2020,  el  PIB  se quedó  un  9,1% debajo  de  su  nivel  de  finales  de  2019.  El  aumento  de  las infecciones  desde  finales  de  verano  y la introducción por parte de otros países de cuarentenas en los desplazamientos limitó la recuperación de los sectores relacionados con el turismo. El número de turistas registrado  en septiembre fue un 87,1% inferior al año anterior y las operaciones con tarjetas de crédito extranjeras sufrió una caída del 65% en octubre. 

Los indicadores de la actividad manufacturera siguen recuperándose, mientras que los servicios han registrado un descenso más pronunciado debido a las nuevas restricciones. En octubre, el número de  trabajadores  acogidos  a  programas  de  reducción  temporal  de  empleo  representaba  el 18%  de  los máximos  registrados  en  abril.  Sin  embargo,  el  ritmo  de  retirada  de  estos  planes  de  mantenimiento  del empleo  se  ha  ralentizado,  al  tiempo  que  los  trabajadores  restantes  se  concentran  en  los  sectores  y Las medidas de políticas siguen siendo considerables y específicas.

Los programas de reducción temporal de empleo y las prestaciones extraordinarias para autónomos se han  ampliado  hasta  el  31  de  enero  de  2021,  mientras  que  las  medidas  de  ayuda  para  inquilinos vulnerables seguirán vigentes hasta finales de 2021. El nuevo programa de reducción temporal de empleo se  dirige  a  los  sectores  directamente  afectados  por  las  restricciones e introduce  incentivos  para combinarlos con otros trabajos. 

En julio se puso en marcha una nueva línea de avales de 40.000 millones de euros(3,2% del PIB)para financiar nuevas inversiones de empresas y autónomos, así como un fondo de  10.000  millones  de  euros(0,8%  del  PIB)para  promover  la  solvencia  de  las  empresas  estratégicas. Durante el verano se introdujeron varios paquetes dirigidos a sectores específicos (automotoras, turismo, transporte). Se ha creado un fondo COVID-19 de 16.000 millones de euros (1,3% del PIB) para transferir recursos a las comunidades autónomas para ayudar con los gastos de salud y educación. 

En noviembre, para  apoyar  la  solvencia  de  las  empresas,  el  plazo  de  vencimiento para  pagar  la  totalidad  de  los préstamos, el período de gracia para para repagar el capital de los préstamos y el plazo para postular a préstamos  garantizados  por  el  Estado,  se  han  aumentado  y  la  suspensión  de  los  procedimientos  de insolvencia  se  ha  extendido  hasta  marzo  2021. Además,  la  política  monetaria  acomodaticia  del  Banco Central Europeo,incluida la ampliación de la compra de activos, seguirá apoyando la demanda agregada. 

El plan nacional de recuperación de la  economía presentado en octubre describe las áreas principales donde los 72.000 millones de euros (5,8% del PIB) que España espera recibir del plano Next Generation EU se podrán utilizar.26.600 millones de euros (2,1% del PIB) de esos fondos ya están incluidos en el proyecto de presupuesto para 2021.

Se prevé que la recuperación sea gradual e incompleta 

La firme recuperación registrada en el tercer trimestre de 2020, será seguida por una contracción en el cuarto trimestre. Se asume que el efecto negativo de las nuevas restricciones a la actividad, especialmente en  el  sector  de  la  hostelería, se  aliviará  lentamente.  


Por  lo  tanto,   ,  el PIB  se  mantendrá  por  debajo  de  los  niveles  anteriores  a  la  crisis.  El  aumento  del consumo privado se verá limitado por la recuperación incompleta del mercado laboral y la tasa elevada de ahorro preventivo. 

Aunque la inversión empresarial repuntará, apoyada por las bajas tasas de interés y la disminución de la incertidumbre, los niveles aún escasos de utilización de la capacidad, junto con la mayor debilidad de la situación financiera de las empresas, limitarán la recuperación. En consecuencia, el  aumento  de  la  actividad  económica  solo  revertirá  en  parte  el  incremento  del  desempleo.  

Entre  los riesgos a la baja figuran unos efectos más persistentes sobre la solvencia de los hogares y las empresas, que  restrinjan  la  recuperación  de  la  demanda  interna  más  de  lo previsto.  Por  el  lado  positivo,  una recuperación del turismo más rápida de lo previsto así como del crecimiento de los socios comerciales, y una rápida utilización  del fondo europeo de recuperación que  impulse la inversión pública,  podrían  dar lugar a una recuperación más sólida. 

Las políticas deben respaldar la reasignación de recursos y la productividad A corto plazo, las políticas de apoyo a los afectados directamente por las nuevas medidas de contención deben continuar. Al mismo tiempo, se debe promover la capacitación en las personas que se encuentren en programas de reducción temporal de empleo a fin de mejorar sus perspectivas para encontrar un nuevo empleo en sectores y empresas en expansión. 

Los servicios públicos de empleo deben reforzar el apoyo individualizado,  mediante  herramientas  de  creación  de  perfiles,  para  facilitar  la  optimización  de  las competencias de los trabajadores y mejorar su adecuación al mercado laboral. La prolongación de la crisis puede  empujar  a  empresas  viables  a  la  quiebra. Las  lagunas  que  aún  existen  en  los  regímenes  de insolvencia deben abordarse para acelerar los procesos de reestructuración extrajudiciales. También es necesario reducirlos obstáculos que afronta el crecimiento de la productividad, que se prolongan ya desde hace años. 

Es fundamental que se apliquen de forma efectiva las reformas estructurales anteriores que abordan la fragmentación interna de los mercados de productos. Debería aumentarse la coordinación y evaluación de las políticas de innovación regionales y nacionales para mejorar la calidad en este ámbito. De este modo, se puede contribuir a mejorar la estructura de la actividad económica facilitando la adopción de las tecnologías digitales y eliminando obstáculos al crecimiento de las empresas. 

Las inversiones en energías renovables, eficiencia energética y medios de transporte sostenibles durante la recuperación, en coherencia  con  los  objetivos  del  Plan  Nacional  Integrado  de  Energía  y  Clima  y  del  Plan  Nacional  de Recuperación, contribuiría a avanzar en la transición verde y en la creación de empleo.”