viernes, 16 de abril de 2021

El Fondo Monetario Internacional eleva las previsiones de crecimiento de la economía de España al 6,4% en 2021

 


En el capítulo I del informe Perspectivas de la economía mundial elaborado por el FMI se dice que “Las perspectivas mundiales están rodeadas de gran incertidumbre. Más allá del conjunto acostumbrado de shocks idiosincráticos que normalmente se ciernen sobre todo pronóstico, la situación futura dependerá de 1) el curso que siga la pandemia, 2) las medidas de política, 3) la evolución de las condiciones financieras y los precios de las materias primas y 4) la capacidad de la economía para adaptarse a impedimentos a la actividad relacionados con la situación sanitaria. Los vaivenes que experimenten estos factores y su interacción con las características propias de cada país determinarán el ritmo de la recupera­ción y el grado de cicatrización a mediano plazo.”

Afirma que “en cada país, la recuperación está determinada por la trayectoria de la pandemia, las restricciones de movilidad impuestas para contener su avance y las medidas de política. Las pérdidas de producto han sido particularmente pronunciadas en los países que dependen del turismo y de las expor­taciones de materias primas, y en los que tenían un margen de maniobra limitado para emplazar políticas de respuesta.”

Señala que “tras una contracción estimada de –3,3% en 2020, se proyecta que la economía mundial registrará un crecimiento de 6% en 2021, que se moderaría a 4,4% en 2022. La contracción de 2020 es de 1,1 puntos porcentuales menos que la proyectada en el informe WEO de octubre último, gracias a un crecimiento superior al previsto en el segundo semestre de 2020 en la mayor parte de las regiones tras los desconfinamientos. Las proyecciones de 2021 y 2022 superan los últimos pronósticos en 0,8 y 0,2 puntos porcentuales, por efecto del respaldo fiscal adicional instituido por algunas economías grandes y la recuperación prevista para el segundo semestre del año gracias a la vacunación. Este ritmo refleja la continua adaptación de todos los sectores de la economía a la difícil situación sanitaria.”

Añade que “la solidez de la recuperación proyectada varía entre países, dependiendo de la gravedad de la crisis sanitaria, el grado de trastorno interno de la actividad (relacio­nado con la dependencia de los países de sectores de contacto personal intensivo), la exposición a efectos de desbordamiento transfronterizos y —un aspecto importante— la eficacia con que las políticas de apoyo limiten daños persistentes.

Más allá de 2022, el crecimiento mundial se mode­raría a 3,3% a mediano plazo. El daño persistente a la oferta potencial tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes y la desaceleración del crecimiento de la fuerza laboral debido al envejecimiento de la población (en gran medida en las economías avan­zadas, pero también en algunas economías de mercados emergentes), así como el necesario reequilibramiento hacia una trayectoria de crecimiento sostenible en China, empañarán las perspectivas de crecimiento de la econo­mía mundial a mediano plazo. Se proyecta que los niveles del PIB se mantendrán muy por debajo de la trayectoria de la tendencia previa a la pandemia hasta 2024 inclusive en la mayoría de los países.”

En relación con las economías avanzadas, afirma que “probablemente se hagan necesarias restricciones regionales ocasionales para contener la progresión de nuevas cepas del virus. A medida que la población vulnerable se vacune, las actividades con contacto físico intensivo se reanudarían y producirían un repunte significativo del crecimiento, gracias a la demanda reprimida financiada por el ahorro acumulado en 2020. Las trayectorias de recuperación también varían dentro del grupo. Según las proyeccio­nes, Estados Unidos retomará el nivel de actividad de finales de 2019 en el primer semestre de 2021, y Japón, en el segundo.

En la zona del euro y el Reino Unido, la actividad se mantendría por debajo de los niveles de fines de 2019 hasta entrado 2022. La divergencia puede atribuirse a diferencias en cuanto a la respuesta comportamental y sanitaria a la infección, la flexibilidad y capacidad de adaptación de la actividad económica a la reducción de la movilidad, tendencias preexistentes y rigideces estructurales anteriores a la crisis.

Con respecto al informe WEO de octubre de 2020, se han revisado a la baja las proyecciones de Europa, y al alza las de Japón y Estados Unidos. La revisión a la baja de Europa está holgadamente compensada por un crecimiento superior al previsto de Estados Unidos y Japón, gracias al respaldo fiscal adicional legislado en ambos países a fines de 2020. Además, se prevé que los USD 1,9 billones del programa de rescate del gobierno del presidente Biden impulsen más el PIB en 2021–22, con efectos de desbordamiento significativos para los socios comerciales del país.

Algunos países europeos como Chipre, España, Italia, Malta y Portugal lograron rescatar parte de la temporada turística de verano al reabrir a mediados de 2020. Sin embargo, la reapertura se vio seguida de una escalada de las infecciones que obligó a realizar nuevos confinamientos en los últimos meses de 2020, que se extendieron a 2021.

El crecimiento del PIB en 2022 se ha revisado al alza en 0,7 puntos porcentuales, a 3,8%, en la zona del euro, y en 1,9 puntos porcentuales, a 5,1%, en el Reino Unido.”

Pese a la tercera ola de la pandemia y al retraso en el plan de vacunación, el Fondo Monetario Internacional eleva las previsiones de crecimiento de la economía de España al 6,4% en 2021, medio punto más que el pronóstico que lanzó en enero de este año, cuando rebajo desde el 7,2% al 5,9% las expectativas de subida del PIB español.