Hoy se cumplen 20 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, una fecha imposible de borrar de nuestra memoria, por la horrible tragedia que supuso, el miedo que trasladó al conjunto de la humanidad, y la sensación de inseguridad y de fragilidad ante la barbarie terrorista. Casi 3.000 personas fallecieron durante los atentados terroristas de Al Qaeda, en que dos aviones comerciales fueron estrellados contra las emblemáticas Torres Gemelas de Manhattan en Nueva York, contra el Pentágono en Washington y en Pensilvania.
¿Dónde estaba yo ese día? Esa es una pregunta que todos nos hacemos,
y esta fue mi vivencia.
Tal día como hoy, hace 20 años yo estaba en
Madrid, en mi primera legislatura como diputado nacional. Estaba en el hemiciclo
del Congreso de los Diputados. Celebrábamos un Pleno ordinario,
en el que el primer punto del orden del día era muy gallego.
Debatíamos la toma en consideración
de la proposición de ley del Parlamento de Galicia por la que se abordaba la
declaración de parque nacional marítimo terrestre de las islas atlánticas. A esos efectos se
habían desplazado los parlamentarios gallegos, Villarino Santiago, del Grupo
Parlamentario de los Socialistas de Galicia; y los señores Trigo Durán, del
Grupo Parlamentario del Bloque Nacionalista Galego, y Casares González, del
Grupo Parlamentario del Grupo Popular de Galicia. Era el decimotercer parque
nacional que se declaraba en España, aunque el primero en Galicia y lo
integraban las islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada. Fue aprobada por unanimidad
de los 292 diputados que estábamos presentes.
Mientras se sucedían las
intervenciones, empezaban a llegar noticias a través de la radio y televisión de que un
avión había impactado contra un rascacielos en Nueva York. Pensamos inicialmente que sería
un accidente, pero poco tiempo después se producía el segundo impacto contra la
otra torre y ya la preocupación, el asombro y la indignación aparecía en la
cara de todos los parlamentarios.
Finalizado ese punto del orden del
día, la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudía, anunció que, de acuerdo con la Junta de Portavoces,
proponía a la Cámara la aprobación de la siguiente declaración institucional: “Ante
la cadena de atentados terroristas en diversas ciudades de los Estados Unidos,
el Congreso de los Diputados quiere expresar su más profunda solidaridad con
los ciudadanos norteamericanos y su más enérgica repulsa por estos actos
criminales. Las acciones terroristas son crímenes execrables donde quiera que
se produzcan, y por ello el Congreso de los Diputados no se siente ajeno a una
lacra que golpea en los más diversos lugares del mundo. Al mismo tiempo, el
Congreso de los Diputados confía en la fortaleza de las instituciones
políticas, sociales y económicas de los Estados Unidos así como en la capacidad
de todas las naciones democráticas, para hacer frente a esta dramática
situación y avanzar en la consecución de la paz mundial. Por ello, el Congreso
de los Diputados hace una llamada a la serenidad del pueblo español, al tiempo
que traslada este mensaje de condena y solidaridad a la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos y, a través de ella, al pueblo
norteamericano.”
Aunque la conmoción se generalizó,
continuó el Pleno debatiendo el resto de los puntos del orden del día, si bien
nuestro interés se centraba en el seguimiento de las informaciones que llegaban
de los Estados Unidos y de las tareas de rescate en medio del caos de los miles de heridos y fallecidos.
Hoy 20 años después estremece el recuerdo de aquella tragedia. Mi cariño y solidaridad para el pueblo norteamericano.