En el discurso de apertura la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Patricia Espinosa, dijo entre otras cosas que: “Nos encontramos en un momento crucial de la historia. La humanidad se enfrenta a varias opciones duras pero claras.
O bien optamos por lograr una
reducción rápida y a gran escala de las emisiones para mantener el objetivo de
limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, o bien aceptamos que la humanidad se
enfrenta a un futuro sombrío en este planeta.
O bien reconocemos que
seguir como hasta ahora no merece el precio devastador que estamos pagando y
hacemos la transición necesaria hacia un futuro más sostenible, o aceptamos que
estamos invirtiendo en nuestra propia extinción.”
Y añadió: “El Acuerdo de París es un
pacto de esperanza con la humanidad. Tiene todo lo que necesitamos para
alcanzar nuestros objetivos climáticos. Pero para desplegar todo su potencial
necesitamos una aplicación plena.
Para conseguirlo, las Partes deben
finalizar los trabajos pendientes en el marco del Acuerdo que han quedado
inconclusos durante demasiado tiempo.
Cada día que pasa sin
poder aplicar el Acuerdo de París en su totalidad es un día perdido, cuya
acumulación tiene repercusiones en el mundo real para las personas de todo el
mundo, especialmente las más vulnerables.
El éxito es posible
porque ya conocemos el camino de las soluciones.
El informe de síntesis de
la ONU sobre el cambio climático, recientemente actualizado, muestra que las
emisiones siguen aumentando. Esa es la mala noticia.
La buena noticia es que
también mostró que para aquellos países que proporcionan contribuciones
determinadas a nivel nacional nuevas y actualizada, se prevé que las emisiones
disminuyan para 2030.
Pero necesitamos aún más
ambición y que todos los países se sumen, especialmente los mayores emisores
del G20, responsables de alrededor del 80 % de las emisiones mundiales.
También necesitamos que se preste apoyo a los países en desarrollo, otra de las piedras angulares del Acuerdo de París. Con un apoyo adecuado, las reducciones de emisiones pueden ser potencialmente mayores.
Esto está relacionado con
el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares de los países
desarrollados a los países en desarrollo.
El plan de entrega
anunciado la semana pasada debe considerarse un comienzo, no el final. Es
importante seguir con más detalles y acciones concretas.
Pero seamos claros: sin
el apoyo necesario no podremos emprender las transformaciones necesarias para
alcanzar el objetivo de 1,5 grados”
Finalizó haciendo un “llamamiento a
todas las Partes para que recuperen el espíritu de multilateralismo que dio
lugar a la adopción del Acuerdo de París y cumplan sus compromisos en virtud
del mismo.
El éxito es posible porque tenemos
la ciencia.
Los datos son
inequívocos: el cambio climático es generalizado, rápido, se está
intensificando y ya afecta a todas las regiones de la Tierra, tanto en la
tierra como en los océanos.
Pero hay una cifra que
destaca por encima de todas las demás. Debemos limitar el aumento de la
temperatura global a 1,5 ºC para finales de siglo. Sin embargo, el IPCC, el
Informe de Síntesis de la NDC y el Informe sobre la Brecha de Emisiones nos
dicen que no estamos en ese camino.
Hago un llamamiento a
todas las Partes para que utilicen la ciencia como base de sus decisiones en la
COP26 y actúen en consecuencia.
Los estudios y las
estadísticas cuentan una historia, pero debemos mirar más allá de los números
para ver las vidas humanas que representan.
He estado en los pequeños
estados insulares amenazados por la subida de las aguas. He hablado con
escolares que temen por su futuro. He hablado con mujeres que soportan la carga
del cambio climático en casa, pero que se ven excluidas de la búsqueda de
soluciones en cuanto salen por la puerta. He hablado con jóvenes frustrados por
lo que ven como un futuro sombrío.
El mensaje que todos
tienen en común es el siguiente: quieren ser incluidos. Y tienen razón.
Si somos sinceros a la
hora de calificar el cambio climático como un problema global, la inclusión
total debe ser la base sobre la que se construya este proceso.
La COP26 debe garantizar
que se tengan en cuenta todas las voces y propuestas. Animo a la participación
de los observadores y de otras partes interesadas y pido a las Partes que
incorporen sus ideas en los debates de la COP26.
Estemos a la altura del
enorme reto de nuestros tiempos, de este momento crucial de la historia, y
logremos el éxito no sólo para nuestra generación actual, sino para todas las
generaciones venideras.”