En su
intervención puso de manifiesto la importancia de que cada
proyecto de PGE se adecúe a las necesidades coyunturales de cada ejercicio
económico. Y dijo que “es razonable
suponer que ante una recuperación aun parcial y con notables elementos de
incertidumbre, la política fiscal continúe dando un apoyo selectivo a aquellas
áreas donde su actuación se considere justificada.
Al mismo tiempo, sin embargo, he querido
remarcar que, desde una perspectiva temporal más amplia, resulta necesario
reconocer la fragilidad de la situación de las cuentas económicas de nuestro
país, que ya existía antes de la crisis y que la necesaria respuesta a la
pandemia ha aumentado adicionalmente, con un déficit estructural y un nivel de
endeudamiento público muy elevados.
Esta fuente de vulnerabilidad exige una respuesta decidida de la política fiscal en tres frentes.
En primer lugar, mediante el planteamiento de una política fiscal
rigurosa que, aun manteniendo el tono expansivo que pueda requerir la coyuntura
económica, sea eficiente y selectiva en el uso de recursos públicos y someta a
una rigurosa valoración aquellos aumentos del gasto público que tengan un
carácter permanente.
En segundo lugar,
mediante el planteamiento temprano y una ejecución gradual una vez la
recuperación sea sólida, de un proceso de saneamiento de las finanzas públicas,
que permita dotar a la política fiscal del margen de maniobra necesario para
actuar en respuesta a posibles crisis futuras.
Por último, quiero
llamar la atención sobre la conveniencia de adecuar nuestra estructura de
ingresos y gastos públicos a un diseño que favorezca el crecimiento económico y
facilite la transformación estructural que necesita nuestro país. En este
sentido, los fondos NGEU ofrecen una oportunidad única para, a través de una
minuciosa selección de los proyectos y su acompañamiento con reformas
estructurales ambiciosas, mejorar el crecimiento potencial de la economía en el
medio y largo plazo.
Abordar estos
desafíos adecuadamente requiere un esfuerzo conjunto y duradero en el tiempo.
Pero, de materializarse completamente, sus potenciales beneficios impactarían
positiva y persistentemente en nuestra economía y en el bienestar de la
ciudadanía.”