Una interesante reflexión que yo, como diputado hago con frecuencia cuando tengo que explicar la actividad que realizamos en el Congreso de los Diputados. En concreto en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que presido, la influencia de las normas europeas sobre las materias que tratamos es importantísima.
Así en una nota informa decía que “durante 2021, segundo año de la XIV legislatura española, el Congreso de los Diputados ha aprobado, entre enero y el 17 de diciembre, un total de 55 leyes. De ellas, un total de 28 normativas regulan aspectos que respetan la línea marcada por las instituciones de la Unión Europea.
Es decir, el 51% de las leyes aprobadas (entre ellas Leyes Orgánicas, Leyes ordinarias y Reales Decretos - Leyes) derivan de una forma u otra de las decisiones adoptadas en Bruselas.
De esas 28 normativas, 11 de ellas responden al mandato de transposición al ordenamiento jurídico interno de España de directivas aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo. Se trata, concretamente, de directivas relacionadas con:
- Asimetrías híbridas
- Elusión fiscal y su implicación en el mercado interior
- Fomento de la implicación a largo plazo de los accionistas en sociedades cotizadas
- Lucha contra el blanqueo de capitales mediante el Derecho Penal
- Sector de la Competencia, entidades de créditos, telecomunicaciones, medidas tributarias, daños medioambientales, desplazamientos de trabajadores, defensa de los consumidores
- Mercado interior de la electricidad y eficiencia energética
- Prevención, detección e investigación de infracciones penales y de ejecución de sanciones
- Cooperación reforzada para la creación de la Fiscalía Europea
- Real Decreto-Ley Ómnibus de transposición de Directivas Europeas
- Cadena alimentaria
- Residuos y suelos contaminados
El resto de normativas aprobadas (17 normas restantes) derivan de recomendaciones, orientaciones, programas o iniciativas emanadas del Consejo, Comisión o Parlamento Europeo o de otras instituciones comunitarias. Es decir, respetan la línea de actuación recomendada desde las instituciones de la UE, inspirándose en la misma.