miércoles, 9 de marzo de 2022

La situación de guerra en Ucrania y sus efectos sobre el sector agroalimentario ha sido el tema principal de la comparecencia del ministro Planas ante la comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación


Asisto esta tarde en el Congreso de los Diputados a la comisión en la que compareció el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

No soy miembro de la citada la comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación, pero estaba muy interesado en conocer la situación actual que vive el sector primario español como consecuencia de la ilegal e inadmisible agresión bélica de Rusia a Ucrania.

Señaló Planas que nuestro gobierno está respondiendo y actuando, en el seno de la Unión Europea, para paliar los efectos sobre el sector agroalimentario de la guerra en Ucrania, y en particular para buscar alternativas que aseguren el abastecimiento de productos importados de este país como el maíz y el aceite de girasol, que junto a los fertilizantes constituyen las tres preocupaciones principales.

Informó que España exportó el pasado año a Ucrania productos agroalimentarios por un valor de 175 millones de euros -en 2021 las exportaciones agroalimentarias españolas generaron 60.118 millones de euros-, mientras que las importaciones ascendieron a 1.027 millones de euros (el 2,5 por ciento del total), entre las que destacan cereales (545 millones de euros, sobre todo, maíz, con 510 millones de euros) y aceites, por 423 millones de euros (el grueso, 422 millones de euros, se corresponden al de girasol).

En el caso de Rusia, España vendió productos por un valor de 245 millones de euros (apenas el 0,4 % del total agroalimentario), sobre todo aceitunas, por valor de 56 millones de euros, además de aceite de oliva, vino y semilla de girasol. En lo que se refiere a las importaciones, el pasado año sumaron 202 millones de euros, el 0,5 del total de las importaciones.

Recordó que España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural medio en la balanza comercial de las últimas 5 campañas de 14,7 millones de toneladas, cuyo destino principal es abastecer la cabaña ganadera. El maíz es el cereal más importado en España, en su mayoría procede de terceros países y, entre ellos, destaca Ucrania, que representa el 16 % de las exportaciones internacionales de maíz y es el cuarto mayor exportador del mundo. En la campaña 2020/2021, Ucrania fue el segundo proveedor de maíz de España, por detrás de Brasil. Las importaciones de maíz procedentes de este país, en dicha campaña, representaron el 22 % del total de las importaciones españolas de este producto. España importa una media de 2,7 millones de toneladas de maíz al año.

Planas recordó que España es uno de los países que ha solicitado a la Comisión Europea que se flexibilicen los criterios de importación para facilitar la llegada de maíz desde terceros países, y que se autorice también la ampliación de las superficies de cultivo de forma excepcional dentro de la Unión, siempre con garantías para la seguridad alimentaria.

Con respecto al otro producto más importado de Ucrania, el aceite de girasol, el ministro ha asegurado que se van a buscar otros mercados suministradores, si bien en España “tenemos la suerte de ser el primer productor mundial de aceite de oliva, más un 45 % del total, por lo que no tenemos un problema de grasas vegetales”. En cuando a los fertilizantes, cuya producción está muy vinculada al gas, Planas ha recordado que el 50 % de estos productos que se consumen en España son de producción nacional.

Planas expresó la necesidad de trabajar de manera conjunta para lograr una autonomía alimentaria en Europa y que debemos ser capaces de conseguir dar una respuesta adecuada a problemas como el incremento de los precios de la energía y de las materias primas

En concreto, se ha solicitado a la Comisión la puesta en marcha de medidas como la activación de mecanismos para facilitar la disponibilidad de materias primas en el Mercado Único o la flexibilización de medidas de la Política Agraria Común (PAC) que permitan disponer de mayor superficie para la siembra. Esta situación ha puesto en evidencia la necesidad de trabajar de manera conjunta para lograr una autonomía estratégica europea, desde el punto de vista diplomático y político, pero también desde el punto de vista alimentario “y España contribuye decisivamente a esa autonomía alimentaria”.

En definitiva Luis Planas aseguró que estamos ante una situación excepcional, que requiere de medidas excepcionales. Mencionó que no se prevén problemas de desabastecimiento, pero que hay que adoptar medidas en el seno comunitario para, ha insistido, asegurar la producción y evitar rupturas en las cadenas de suministro.

Más allá del ámbito europeo, el ministro ha llamado la atención sobre las consecuencias que la guerra en Ucrania puede tener para países que tienen una gran dependencia del trigo ruso y ucraniano para la alimentación de la población. El ministro ha antepuesto a todas las consideraciones la dimensión solidaria. “Lo primero es asegurar que no falte comida en Ucrania”, afirmó.

Sobre la base de estas informaciones suministradas por el ministro y otras de las que tenemos conocimiento, es un hecho que la reciente invasión rusa de Ucrania va a poner al sector agroalimentario en general contra las cuerdas y llevarlo a una situación que puede tornarse dramática, motivo por lo que hay que reaccionar con medidas excepcionales desde la UE y desde España.

Por otra parte es muy urgente la convocatoria extraordinaria de la Conferencia sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural al amparo de lo establecido por la normativa vigente, así como en el reglamento interno de la citada Conferencia.

Las comunidades autónomas deben ser tomadas en cuenta a la hora de planificar una adecuada respuesta, en el contexto nacional y comunitario, a esta preocupante situación.

Como diputado por Ourense, estoy muy preocupado por la afectación que esta situación tiene y tendrá en el sector ganadero ya que por ejemplo el estratégico grupo alimentario Coren, referente gallego en la agroindustria importa cada mes de Ucrania unas 50.000 toneladas de cereal, sobre todo maíz y trigo, lo que supone en torno a un 50% de todas sus necesidades cerealísticas.