En ellas se
actualizan las previsiones de crecimiento del PIB e inflación para la UE, el
área euro y los Estados miembros respecto a las contenidas en el informe de
primavera de 2022.
Respecto a España,
la Comisión constata la abrupta desaceleración del crecimiento en el 1T2022 por
las presiones inflacionistas y las disrupciones de oferta.
En este contexto de
inflación y de menor confianza del consumo privado, la Comisión prevé que el
crecimiento trimestral se acelere algo en los próximos trimestres gracias a la
vuelta del turismo a niveles prepandemia, para volver a ralentizarse a final de
2022 a pesar de la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y
Resiliencia (PRTR).
El crecimiento real
del PIB previsto para 2022 se mantiene en el 4,0% de primavera, mientras que
para 2023 se revisa en 1,3 puntos, hasta el 2,1% principalmente debido al
impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares en un contexto
de aumentos salariales limitados.
Este impacto se
verá en parte compensado por el ahorro aún embalsado, la resistencia del
mercado de trabajo y la indexación de las pensiones.
En 2023, la
inversión será el principal motor de la demanda, impulsada por el PRTR. La
revisión de las previsiones de inflación (8,1% para 2022 y 3,4% para 2023) se
debe a la intensidad y persistencia de la misma constatada desde el informe de
primavera. La Comisión espera que los precios de la energía se moderen desde la
segunda mitad de 2022, ayudados por las medidas adoptadas desde junio, como el
tope del precio del gas y la reducción del IVA sobre la electricidad al 5%. La
Comisión espera que la inflación subyacente se mantenga alta en 2022 y comience
a descender en 2023.