Seguir
fortaleciendo la estructura del Partido en los diferentes territorios, para
llegar a las próximas elecciones municipales y autonómicas mejor preparadas. Y
seguir ofreciendo a España la alternativa que necesita, ante un Gobierno
dividido, superado por la realidad y en crisis permanente.
En lo que llevamos
de este mes de agosto lo único que hemos sabido del Gobierno es que los
ministros solo han hecho un paréntesis en sus vacaciones para insultar y hacer
oposición a Alberto Núñez Feijóo.
Los miembros del
Gobierno están muy nerviosos con el Partido Popular, pero harían mejor en
insultar menos y dedicar más esfuerzos a trabajar por los españoles.
La realidad es que
Sánchez vive en una crisis de Gobierno permanente, ha nombrado a 40 ministros
en cuatro años, cesado a vicepresidentes, vicesecretarios generales y
secretarios de Organización del Partido, a jefes de gabinete…
Y la última vez que
negó que fuese a acometer una crisis de Gobierno acabó cambiando a siete
miembros de su Consejo de Ministros. Sánchez nos tiene acostumbrados a cambiar
todo a su alrededor para intentar que nada cambie, pero debería empezar a darse
cuenta de que quizá el problema sea él. Cuando menos, lo que debería hacer es
reducir ministerios y quedarse con 15 departamentos, porque mantener 22 en la
actual situación es obsceno.
El Gobierno se dedica a tres cosas: aferrarse al sillón, luchar contra la oposición interna y atacar a Feijóo. Así no hay tiempo para gobernar y el país no avanza.
Los insultos
del Gobierno de Sáchez a Feijóo no
ayudan a pagar la hipoteca, la vuelta al cole o la cesta de la compra.