Durante
su intervención, Ángel Gabilondo ha asegurado que “es bueno tener conciencia de
que la mera existencia del MNP es ya un indicador cualificado de que nos
encontramos en una sociedad comprometida con la prohibición de la tortura y
otros malos tratos”.
Así,
el Defensor del Pueblo ha afirmado que para una sociedad avanzada es un deber y
un privilegio disponer de un mecanismo especializado que se adentre hasta los
últimos ámbitos de los lugares de privación de libertad y escuche en ellos a
las personas privadas de libertad.
En
este sentido, Ángel Gabilondo ha puesto en valor el trabajo realizado por el
MNP y ha destacado que sus visitas muestran “una realidad muchas veces velada y
que no siempre es fácil de explicitar”.
El
pasado año se visitaron 72 lugares de privación de libertad, de corta
(calabozos), media (centros de extranjeros) y larga duración (prisiones,
centros
de
menores y sanitarios) en 14 comunidades autónomas y 24 provincias. Además, se
realizaron 7 actuaciones no presenciales.
“Con
nuestro trabajo debemos facilitar la interlocución con los lugares de privación
de libertad, de modo que vean al Mecanismo Nacional de Prevención como una
fuente de referencia más que como un supervisor ocasional de sus instalaciones
y procedimientos, logrando así instaurar una amplia cultura de transparencia en
todos los poderes públicos que facilite la verificación de sus actividades en
un campo tan delicado y exigente como es este”, apuntó Ángel Gabilondo.
El
Defensor del Pueblo insistió en que son las personas privadas de libertad
“quienes se encuentran en el centro de estos informes y en el trabajo que
realizamos. Es en ellas y en su situación donde debe quedar verdaderamente reflejada
la labor de esta institución”.