martes, 18 de octubre de 2022

El gobernador del Banco de España reduce considerablemente la previsión oficial de crecimiento para 2023 y retrasa hasta 2024 el momento en el que nuestro país volverá a niveles de riqueza similares a los de antes de la pandemia

Ayer compareció en la Comisión de presupuestos el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, con motivo de la presentación y discusión de los Presupuestos Generales del Estado y la Seguridad Social para el año 2023.

A lo largo de su intervención revisó , en primer lugar, la evolución y las perspectivas macroeconómicas de la economía española en un contexto internacional extraordinariamente incierto caracterizado, entre otros aspectos, por las elevadas tasas de inflación a escala global y las múltiples implicaciones adversas de la injustificada invasión rusa de Ucrania. 


En segundo lugar, analizó qué papel habrían de desempeñar, en semejante coyuntura, las diversas políticas económicas. En el tercer bloque ofreció  su visión acerca de los principales aspectos del Proyecto de PGE para 2023 así como del Plan Presupuestario 2023 publicado el pasado 15 de octubre, para lo cual ofreció, primero, un análisis de los diferentes canales a través de los cuales el actual episodio inflacionista puede impactar sobre las finanzas públicas. Por último, concluyó con algunas reflexiones sobre los retos de medio plazo de la política fiscal en nuestro país. 


Resaltó algunos párrafos de su discurso:


“En 2023, el crecimiento del PIB se moderaría muy significativamente, hasta situarse en el 1,4 %, a resultas de la debilidad de la actividad en el segundo semestre de este año y en el primer trimestre del próximo. Cabe recordar, en este sentido, que un menor crecimiento del producto en la parte final de un año limita sensiblemente, a través de los efectos arrastre, la tasa media de crecimiento del siguiente. Por otra parte, el mayor dinamismo económico a partir de la primavera de 2023 se intensificará progresivamente, lo que permitirá que en 2024 el avance del PIB alcance el 2,9 %. La recuperación del nivel del producto previo a la pandemia se retrasaría probablemente hasta el primer trimestre de 2024, esto es, unos dos trimestres más tarde de lo proyectado en junio.”


En cuanto a la inflación, se contempla una moderación gradual de la tasa de variación del IAPC general desde sus niveles actuales. Ello responde, fundamentalmente, a la reducción esperada del ritmo de crecimiento de los componentes de energía y alimentos, en consonancia con las sendas de los precios del petróleo, del gas y de las materias primas alimenticias de los mercados de futuros.


Sin embargo, no se espera que la inflación subyacente descienda desde sus elevados niveles actuales hasta la próxima primavera. La razón es que, en los próximos meses, continuaría completándose la traslación de los recientes incrementos de costes de las empresas a sus precios de venta. Eventualmente, la culminación de esa transmisión, junto con la prolongación de los indicios recientes de desvanecimiento gradual de las persistentes distorsiones que afectan a las cadenas globales de suministro, permitirá una moderación paulatina de la inflación subyacente. Así, en términos de las tasas medias anuales, este indicador alcanzará el 3,9 % este año, y se moderará hasta el 3,5 % y el 2,1 % en 2023 y 2024, respectivamente. Por su parte, la inflación general se desacelerará desde el 8,7 % de 2022 hasta el 5,6 % y el 1,9 %, respectivamente, de cada uno de los dos años siguientes”


El cuadro macroeconómico incorporado al Proyecto de PGE


“Paso ahora a detallar los aspectos más destacados del Proyecto de PGE y del Plan Presupuestario para 2023.


El Proyecto de los PGE para el próximo ejercicio está enmarcado en un cuadro macroeconómico que prevé que el crecimiento del PIB se sitúe en el 4,4 % en 2022 y en el 2,1 % en 2023.


En comparación con las previsiones contenidas en el informe de proyecciones del Banco de España publicado el pasado 5 de octubre, el ritmo de avance del PIB real en 2022 que contempla el cuadro macroeconómico del proyecto de PGE es muy similar –un 4,4% frente a un 4,5%– y la comparación con las previsiones de otros analistas tampoco muestra desviaciones significativas Las diferencias son más significativas, sin embargo, en cuanto al crecimiento del PIB real en 2023. En particular, el crecimiento del PIB real previsto en los PGE, del 2,1 %, es superior tanto al proyectado por el Banco de España (1,4 %) como por el consenso de los analistas (1,2 %).”


“En particular, el Proyecto de PGE incluye este año una estimación del impacto de los fondos NGEU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) sobre el nivel del PIB en 2022 y 2023 del 1,9 % y del 2,8 %, respectivamente. Dichos impactos implicarían un efecto sobre la tasa de crecimiento para dicho año de aproximadamente 0,9 pp., frente a la contribución de aproximadamente 0,6 pp. en el caso de las proyecciones del Banco de España.”


Estas fueron sus conclusiones


“A modo de conclusión quisiera reiterar que la economía española se enfrenta a un escenario caracterizado por la alta inflación y las tensiones provocadas por la guerra en Ucrania, que ha provocado una revisión de las proyecciones de crecimiento económico para 2023 a la baja y un incremento significativo de las correspondientes a la inflación. En todo caso, el nivel de incertidumbre que rodea a las proyecciones económicas es extraordinariamente elevado y los riesgos se sitúan al alza para la inflación y a la baja para el crecimiento.


En este contexto, las principales recomendaciones de política económica que me gustaría trasladarles son las siguientes.


Por una parte, la política monetaria del BCE mantendrá su senda de normalización hasta que logre asegurar la convergencia de la inflación al objetivo del 2 % en el medio plazo. Por otra, el resto de políticas económicas deben jugar un papel fundamental para afrontar la situación actual a través de un pacto de rentas, unas políticas de oferta decididas, y un refuerzo del proyecto europeo.


En el ámbito estrictamente presupuestario, considero que las medidas de estímulo que puedan adoptarse deben focalizarse exclusivamente en los más vulnerables y ser de carácter temporal, de forma que se evite un impulso fiscal generalizado e incrementos adicionales del déficit público estructural que alimenten el episodio inflacionista y deterioren la sostenibilidad de las finanzas públicas.


En paralelo, debe diseñarse una estrategia de consolidación fiscal cuya ejecución permita reducir la vulnerabilidad de las cuentas públicas y reconstruir los márgenes fiscales. En la medida en que dicha estrategia se diseñe con rigor, se anuncie con prontitud y goce de amplios consensos, su efectividad se verá incrementada notablemente. Se debe acompañar, además, de una revisión integral del gasto público y del sistema impositivo que mejore su eficiencia y contribución al crecimiento económico.


Finalmente, hay que maximizar el impacto transformador de los fondos NGEU, cruciales para la economía española, con una selección cuidadosa de los proyectos, su evaluación continua y la implementación complementaria de un conjunto integral y ambicioso de reformas estructurales que reduzcan los obstáculos que limitan la capacidad de crecimiento de nuestra economía.”


Este es el enlace a su intervención:


https://www.bde.es/f/webbde/GAP/Secciones/SalaPrensa/IntervencionesPublicas/Gobernador/Arc/Fic/IIPP-2022-10-17-hdc.pdf


Tras  su intervención fue el turno de los Grupos Parlamentarios 


La diputada popular Elvira Fernández subrayó que el texto de dicho organismo reduce sensiblemente la previsión de crecimiento económico para 2023 respecto a lo estimado por el Gobierno en los PGE, así como los datos de consumo público y privado y las exportaciones


• “Este Presupuesto queda desautorizado a la vista de su informe”, remarcó Rodríguez, quien destacó que “nunca se habían puesto tan en tela de juicio los fundamentos y el contenido de unas cuentas públicas”. Además el Presupuesto recoge dos escenarios, lo que demuestra que estas cuentas no reflejan la realidad de los ingresos que el Gobierno pretende recaudar y avisa de que va a gastar más.


• Aseguró que “esto no es un Presupuesto serio ni nada parecido; al igual que otros años, es un salvoconducto para gastar, pero además es un salvoconducto averiado por todo lo que no recoge”. En este sentido subrayó , como lo ha hecho el gobernador, que no hay seguridad de que la recaudación sea sostenible en el tiempo y que no debería financiar gastos estructurales.


• Recordó que en julio el Gobierno aprobó un techo de gasto con un cuadro macro que revisaba lo que había mandado anteriormente a Europa; posteriormente, unos días después de que las ministras de Economía y de Hacienda dijeran que estaban cómodas con esas previsiones, el Ejecutivo presentó los PGE con un cuadro macro bastante diferente. Algo que a las 24 horas quedaba desautorizado por organismos independientes.