1. PREVISIONES PARA LA UE Y EL ÁREA EURO
La Comisión describe
un escenario de punto de inflexión de la economía de la UE hacia una
contracción significativa prevista a finales de año, a pesar de que el
crecimiento de 2022 será mejor que el previsto anteriormente. En 2022, el
crecimiento de la UE quedaría en el 3,3% (3,2% en el área euro). En un contexto
de fuerte incertidumbre, presiones inflacionistas, pérdida de poder adquisitivo
de los hogares y condiciones de financiación más restrictivas, la Comisión
prevé que la mayoría de los Estados miembros (EEMM) entren en recesión en el
último trimestre de 2022 y en el primero de 2023, para volver al crecimiento en
primavera, a medida que la inflación vaya reduciéndose. Esta recuperación sería
en todo caso moderada, previendo la Comisión una tasa del 0,3% para 2023 para
la UE y para la zona Euro19. Para 2024, la Comisión prevé un crecimiento del
1,6% en la UE y del 1,5% en el área euro.
2. PREVISIONES DE LA
COMISIÓN PARA ESPAÑA
Para España, la
Comisión prevé, como para la mayoría de EEMM, una desaceleración en la segunda
mitad de 2022. Constata que el crecimiento del segundo trimestre de 2022
experimentó un repunte, gracias a la recuperación del turismo, y una marcada
desaceleración en el tercero que prevé que se intensifique en el cuarto
trimestre. Esta desaceleración se debe al deterioro de las expectativas
globales y de la confianza de los agentes, así como a las presiones en los
precios, que impactan en la demanda. Aun así, la Comisión espera que el buen
comportamiento del turismo, las medidas para mitigar el impacto de los altos
precios energéticos y la resistencia del mercado laboral ayuden a la economía
española a afrontar las dinámicas adversas derivadas de este contexto de
incertidumbre geopolítica, y sitúa la previsión de crecimiento para 2022 en el
4,5%. Esto supone una revisión al alza de 0,5 puntos respecto a las previsiones
de primavera 2022 para este año. En 2023, la Comisión prevé un crecimiento
reducido en la primera mitad del año y algo más vigoroso en el segundo
semestre, cuando las presiones sobre los precios se suavicen parcialmente, se
anime el consumo privado y el turismo continúe normalizándose. Junto a ello, la
Comisión espera que la implementación de las reformas e inversiones del Plan de
Recuperación y Resiliencia contribuyan al dinamismo de la demanda agregada.
Así, teniendo en
cuenta el efecto inercial de la desaceleración de finales de 2022 en los
primeros trimestres del año, la Comisión prevé que el crecimiento de la
economía española para 2023 alcance el 1,0% (frente al 3,4% que preveía la
Comisión en primavera) y pronostica que la recuperación será más robusta en
2024 (2,0%) gracias a la mayor contribución de la inversión. En cuanto al
mercado de trabajo, la Comisión prevé que la tasa de paro permanezca estable en
el 12,7% en 2022 y 2023, para reducirse marginalmente en 2024 (12,6%). Los
salarios se incrementarán este año y en 2023, aunque en menor medida que los
precios, por lo que el poder adquisitivo de los hogares seguirá reduciéndose.
Esta situación puede revertir en 2024, según la Comisión. La inflación anual
prevista al final de 2022 se situará en el 8,5% y se reducirá hasta el 4,8% en
2023, ayudada por las medidas fiscales para mitigar el aumento de los precios
de la energía. En 2024, la inflación seguirá reduciéndose hasta el 2,3%. Aun
así, la Comisión advierte de que los efectos de segunda ronda mantendrán la
inflación subyacente en tasas elevadas (5,1% en 2022 y 4,4% en 2023), con un
riesgo al alza si se acelerara la traslación de los precios a los salarios.
Señala la Comisión que los ingresos tributarios mantienen un fuerte crecimiento
que permite reducir el déficit a pesar del impacto de las medidas tributarias y
de gasto público para paliar el efecto de los precios de la energía en los
sectores económicos y sociales más golpeados por la crisis. Constata que las
principales figuras tributarias crecerán en 2022 por encima de los dos dígitos,
impulsadas principalmente por la buena dinámica del mercado laboral y la
inflación. Además, la retirada de las medidas contra la pandemia y sus efectos
contribuirán también a reducir el déficit público desde el 6,9% de 2021 al 4,6%
previsto por la Comisión para 2022. En 2023, la Comisión prevé que el déficit
siga reduciéndose hasta el 4,3% del PIB. Los ingresos crecerán menos que en
2022, pero se mantendrán unos 4 puntos de PIB por encima de los niveles de
2019, a pesar de que el PIB prepandemia no está previsto que se alcance antes
de 2024. Algunos factores estructurales, como las políticas de sostenimiento de
las rentas y el aumento de los pagos electrónicos, que dificultan la evasión
fiscal, contribuirán a este aumento de la recaudación. Por el lado del gasto,
la retirada de algunas medidas energéticas también contribuirá a reducir el
déficit, si bien la Comisión estima que la vinculación de las pensiones a la
inflación supondrá un gasto equivalente al 1,4% del PIB en el presupuesto de
2023. En 2024, el déficit público se situará en el 3,6% del PIB, favorecido por
un mayor crecimiento. La deuda pública se reducirá gradualmente hasta el 112,1%
del PIB en ese año, gracias al crecimiento nominal del PIB.