La Puerta de los Leones se volvió a abrir un año más para acoger a los ciudadanos que querían conocer la sede parlamentaria. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, fue la encargada de abrir la puerta de bronce y saludar, junto con miembros de la Mesa, portavoces parlamentarios y otros diputados a los primeros visitantes.
"Esta apertura a la sociedad tiene un simbolismo importante. Abrir el Poder Legislativo, abrir el Parlamento a todos los españoles, tiene un simbolismo y una importancia vital", dijo Batet tras recibir el primer grupo de visitantes que entró en el Vestíbulo de Isabel II a través de la Puerta de los Leones, una puerta que se abre solo para el Jefe del Estado en actos solemnes, como la apertura de las Cortes en cada Legislatura, y para los ciudadanos en estas jornadas.
Un año más, esta visita ha permitido a más de 6.000 ciudadanos recorrer las estancias más representativas del Palacio, que es sede parlamentaria desde 1850. A lo largo de las salas y pasillos del Palacio han descubierto el rico patrimonio artístico e histórico de la Cámara Baja.
Antes de entrar, los visitantes pudieron observar la recién rehabilitada fachada del Palacio inaugurado en 1850 por la Reina Isabel II. Sobre el pórtico sustentado por seis columnas de estilo corintio, los visitantes pudieron apreciar uno de los mayores conjuntos escultóricos del siglo XIX español: el frontispicio, compuesto por figuras alegóricas de porte clásico que idealizan la Fortaleza, Justicia, Valor y las Ciencias, entre otros conceptos, y que responde a un diseño con una curiosa anécdota detrás.
El recorrido de la visita
Los ciudadanos entraron por la calle Zorrilla y cruzaron el Patio de Floridablanca con dirección hacia la Puerta de los Leones, por la que accedieron al Vestíbulo de Isabel II, donde empieza el recorrido. Aquí contemplaron un ejemplar de la Constitución de 1812, elaborada por las Cortes de Cádiz, y custodiada por la estatua en mármol de Carrara, obra de Josep Piquer i Duart, de la Reina que inauguró, en 1850, el Palacio de las Cortes.
Desde el Vestíbulo principal, donde han sido recibidos por diputados y los guías del Congreso que ofrecían una breve explicación del recorrido, los visitantes pasaron al Salón de Conferencias, o Salón de los Pasos Perdidos. En esta sala destaca la bóveda con cuatro alegorías, obra de Vicente Camarón, y los medallones que representan a los políticos más relevantes del siglo XIX. El centro de la estancia es donde se reciben las visitas institucionales y se celebran otros actos como la recepción del Día de la Constitución.