“España ha resistido relativamente bien las perturbaciones negativas desencadenadas por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania en 2022. La resistencia de la economía se vio respaldada por el fuerte repunte del turismo durante la temporada estival y el dinamismo del consumo privado, apoyados también por la positiva evolución del mercado laboral.
En comparación con las previsiones de otoño, se estima que el crecimiento para 2022 será superior en 1,0 puntos porcentuales, situándose en el 5,5%. La mayor solidez de los resultados se debe a un primer semestre del año más fuerte de lo previsto, en particular en el segundo trimestre de 2022, así como a una ralentización menos pronunciada en el último trimestre.
Además, a pesar de la pérdida de poder adquisitivo real, la desaceleración de la inflación a partir del otoño de 2022 contribuyó a reforzar la confianza de los consumidores y las empresas, lo que a su vez sostuvo el consumo y la inversión hacia finales de año. Aun así, en el cuarto trimestre de 2022, el PIB seguía por debajo de su nivel anterior a la pandemia del cuarto trimestre de 2019.
Se espera que la actividad económica repunte gradualmente en el primer semestre de 2023 y cobre mayor impulso en la segunda mitad del año. En conjunto, el crecimiento del PIB alcanzará el 1,4% en 2023, reflejando en parte un arrastre de 2022 superior al previsto. A medida que se modere la inflación, se espera que un consumo privado más fuerte y una mayor normalización del turismo sostengan la actividad a lo largo del año. Además, la aplicación del PRR impulsará el crecimiento de la inversión, especialmente en construcción y bienes de equipo.
En 2024, se prevé que el crecimiento del PIB real aumente hasta el 2,0%. Los factores que podrían pesar negativamente sobre la producción en el futuro son el impacto del prolongado endurecimiento de las condiciones financieras sobre la situación financiera de los hogares y las empresas, y el debilitamiento de la dinámica del mercado de trabajo.
La inflación media anual medida por el IAPC fue del 8,3% en 2022. Se prevé que se modere al 4,4% en 2023 y al 2,3% en 2024. Los precios de la energía disminuyeron notablemente a partir del tercer trimestre del año pasado, pero la repercusión de los elevados precios de la energía a otros artículos de la cesta de la inflación se ha acelerado considerablemente. Esto elevará la inflación subyacente a niveles elevados en 2023, sobre todo en el primer semestre del año, en medio de la persistente presión ejercida especialmente por los precios de los alimentos y los servicios, y en 2024.
Se espera que los vientos en contra de la inflación este año se vean parcialmente aliviados por las medidas aplicadas por el Gobierno para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía. Entre ellas figuran la prórroga de algunas medidas adoptadas en otoño de 2022 (por ejemplo, recortes del IVA a la electricidad y el gas) y un nuevo paquete presentado el pasado diciembre, que prevé un bono de descuento adicional en las facturas de electricidad para los hogares vulnerables y una nueva reducción del IVA en un gran número de productos alimenticios. Los efectos de segunda ronda sobre los salarios fueron muy limitados en 2022. Un ajuste más rápido de lo previsto se traduciría en una mayor inflación subyacente durante el periodo de previsión.