Un acto en el que estuvo presente el secretario de Estado de Política Territorial, Alfredo González que felicitó a José Ramón Gómez Besteiro por su nombramiento, “una persona íntegra y capaz, que siempre se ha guiado por una rectitud intachable”, y agradeció a José Manuel Miñones, que ocupaba el cargo desde 2021, y que ahora es el nuevo titular del Ministerio de Sanidad, por hacer “un trabajo inmejorable en todos los aspectos: en la coordinación con el resto de Administraciones, en la prestación de servicios a la ciudadanía y en la cercanía de la Administración estatal a todos los gallegos y gallegas, especialmente en momentos complicados y de crisis”.
En sus primeras
palabras, el nuevo delegado del Gobierno, José Ramón Gómez Besteiro, expresó sus
objetivos: “trabajaré para hacer una delegación a pie de calle. Impulsaré los
principios que sustentan este Gobierno, que son la justicia social, la justicia
económica y la justicia ecológica”. “Trabajaré con total dedicación en esta
Delegación para hacer política: la política de las personas. Defenderé el
trabajo del Gobierno y la tarea crucial que está llevando a cabo con la
intensidad que merece. Siempre tendré una mano tendida al Gobierno de Galicia
para cooperar en las soluciones”,finalizó.
En la intervención de cierre, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ofreció
al Ejecutivo central “más consensos que desencuentros” y le pidió a su nuevo
delegado en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, que ejerza de "abogado de
los intereses” de la Comunidad ante el Gobierno de España.
Como representante común del Estado en Galicia, Rueda se mostró honrado de presidir esta toma de posesión, que encuadró dentro de una “nueva demostración de la normalidad institucional” que consideró “marca” de la Comunidad. Precisamente, apeló al deber de todas las personas con responsabilidades públicas de hacer de Galicia “un refugio frente las turbulencias”. “Nuestro paso por las instituciones solo tendrá sentido si contribuimos a la estabilidad”, advirtió.
Por este motivo, el presidente gallego rechazó el “roce por el roce” y la "confrontación sistemática”, que interpretó que ya no tiene sentido en la política de la España pospandemia. No obstante, aclaró que esta búsqueda de consensos no significa que las Administraciones “deban estar siempre de acuerdo”, aunque se mostró partidario de que los legítimos diferentes puntos de vista “no lleven a desentenderse nunca del bien común”.
“Trabajo y trabajaré para que la Xunta tenga con el Gobierno central muchos más consensos que desencuentros”, se comprometió Rueda, quien en este sentido, se mostró convencido de que ambas administraciones serán capaces de crear “estabilidad, certezas y unidad en el esencial” con el objeto de solucionar las dificultades y problemas de la gente y serle útil.
Por este motivo, le adelantó al nuevo delegado del
Gobierno que la Xunta seguirá trabajando intensamente ante el Ejecutivo central
para hacer realidad las “grandes reivindicaciones” de la Comunidad. En
concreto, apuntó a la mejoras en las infraestructuras, el buen aprovechamiento
de los fondos Next Generation, el desarrollo de las competencias autonómicas, y
que se aporten soluciones a los problemas de la sanidad gallega, que consideró
comunes a los del resto del Estado.
“La hoja de
ruta de Galicia no puede ser ideológica, ni partidista, tiene que ser asumible
por las instituciones, administraciones y responsables políticos de todo signo,
y así será posible que esta tierra avance”, concluyó el presidente de la Xunta.