Dice así:
“Después de dos
años de inactividad, la zona de obras de las variante norte registra tímidos
movimientos. En unas fincas de Quintela situadas en los márgenes de la N-120 en
sentido Vigo, se llevaron a cabo desbroces de maleza y se señalizaron varios
puntos como pozos y zanjas. Los carteles presentes en el lugar se corresponden
con los de Ferrovial, una de las empresas adjudicatarias de la construcción de
esta infraestructura.
Así lo anunció ayer
Celso Delgado, diputado ourensano en el Congreso por el Partido Popular, dos
semanas después de que preguntase por la paralización de las obras en la
Comisión de Transportes y Movilidad Sostenible. En la mañana de ayer, Delgado
se aproximó a Quintela y pudo comprobar este tímido reinicio de los trabajos.
Mañana se cumplirán dos años desde el inicio oficial de las obras, según la información aportada en su momento por el Ministerio de Transportes. La fecha en la que comenzaron los trabajos fue el 17 de junio de 2022. Habían sido adjudicados el 9 de marzo de ese mismo año por un importe de 29,3 millones de euros y con un plazo de ejecución de 30 meses. Sin embargo, 24 meses después, apenas hay trabajos visibles más allá de estas zonas marcadas en varios puntos.
Y ya ha
transcurrido el 80% del plazo contractual. “Confío que en los próximos días las
obras se retomen, es lo que vengo reclamando con insistencia”, comentó el
diputado popular. En este sentido, hizo hincapié en que seguirán “cumpliendo”
con su “obligación de control del dinero de los contribuyentes destinado a esta
tan necesaria obra de la variante exterior”.
Falta de impulso
La falta de impulso
a esta infraestructura de 1,7 kilómetros se puede comprobar no solo en la
ausencia de avances visibles en el terreno, sino también en la falta de
ejecución presupuestaria. Los presupuestos generales del Estado de 2022 le
asignaban dos millones de euros, de los que se gastaron menos de 176.000, un
8%. La partida en los presupuestos de 2023 -8,9 millones- se quedó sin gastar
El pasado 28 de
mayo, la secretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano, reconoció
en el Congreso el parón en los trabajos de la variante norte. “Estamos
ejecutando lo relativo a servicios afectados”, argumentó, además de mencionar
la tramitación de “un modificado de la obra”. En este sentido, recalcó que
“Galicia es un territorio orográficamente complicado”, pero que se iba a pedir
“la continuidad provisional de los trabajos en las próximas semanas”.
Después de este
avance de Serrano, quien en aquella comisión dejó caer la posibilidad de
efectuar recortes en los proyectos de infraestructuras como la A-76, parece que
las obras han regresado a Quintela. Es por esta zona por donde transcurrirá el
primer tramo de la variante. El segundo, entre Quintela y el enlace de Casilla,
cuenta con un proyecto de construcción aprobado. Comunicará la N120 y la N-525
a través de dos túneles en Eiroás. El presupuesto base de licitación para
ejecutar estos 3,1 kilómetros de la variante asciende a 164 millones de euros.
La construcción de
la variante norte permitirá conectar la N-525 y la N-120 procedente de Monforte
con la A-52. Esto supondría aliviar el tráfico de la avenida Ribeira Sacra y, a
la postre, permitiría jubilar el acceso oeste de la N-120 para construir el
bulevar termal, uno de los viejos proyectos pendientes de la ciudad”
Eirasvedras-Quintela,
único tramo en marcha de la A-56
"El primer tramo de la variante norte, Eirasvedras-Quintela, no es solo el sector inicial de esta infraestructura de circunvalación. La propia variante es el arranque de la autovía a Lugo, la A-56, por lo que el segmento también es el comienzo de esta vía rápida vital para el interior de Galicia.
Actualmente, solo el primer tramo de la variante está en obras dentro de la A-56. Si se desbloquea su parálisis, en un par de años podría estar abierto al tráfico y acompañar al único tramo construido de la autovía: San Martiño-A Barrela. Son 8,8 kilómetros (el 10% de la longitud total) por los que ya circulan vehículos desde 2020. Aun así, el trazado de este tramo ni siquiera es útil para los conductores entre Ourense y Lugo, puesto que su extremo sur conecta con el eje del Ribeiro y está aislado de la carretera N-540.
Para comunicar el tramo abierto con la ciudad hace falta construir el tramo San Martiño-Cambeo, cuyo proyecto está pendiente de volver a salir a concurso. Otro tramo pendiente es el Cambeo-Enlace de A Casilla, que enlazaría con el segundo segmento de la variante norte. Ambos cuentan con proyecto y aguardan la licitación de sus obras. Desde A Barrela hasta la A-54, los planes de la autovía están congelados."