Dice así:
“Con cuatro años de demora entró en
operación en la LAV a Galicia el primer servicio de Renfe prestado con un tren de la
serie 106, Avril fabricado por Talgo.
Así el 21
de mayo de 2024 a las 9:28 horas salió
un convoy de la estación viguesa de Urzaiz, pasó con normalidad por Pontevedra,
Vilagarcía de Arousa y Santiago de Compostela. Pero lo que debería ser un
día para recordar con alegría, se empañó puesto que el citado tren de Renfe,
con casi quinientos viajeros a bordo, se quedó parado a menos de un kilómetro
de la estación de Ourense y tras casi dos horas de espera tuvo que ser
remolcado por un tren Alvia 730. La consecuencia fue que el tren llegó a
la estación madrileña de Chamartín con 133 minutos de retraso.
Aquello pareció ser un hecho
anecdótico, pero lo cierto es que casi tres meses de ese primer servicio, los
trenes Avril (AVE y AVLO) han acreditado una alta impuntualidad en las líneas en
las que opera y muy especialmente en la LAV a Galicia, ya que ocho de cada diez
servicios tuvieron retrasos.
Frente a una puntualidad media en los
servicios comerciales de Renfe (AVE, Avlo, Alvia e Intercity) del 76,2 % a 31
de julio, la de los trenes S106 fue del 40,7 %.
Según datos de Renfe, desde su puesta en
servicio hasta el pasado 5 de agosto, los S106 realizaron 1.768 servicios, y en
un 27 % de ellos, más de uno de cada cuatro, se registró alguna incidencia.
De las 479 incidencias, 352 produjeron
retrasos de entre 10 y 30 minutos en la llegada o salida de los trenes; 99
provocaron demoras de entre 30 minutos y 60 minutos, y 28 llegaron más 60
minutos tarde. En 14 servicios fue necesario trasbordar a los viajeros.
Algunos estos retrasos tuvieron por
causa las complejas obras de ampliación de capacidad que ejecuta ADIF en la
estación de Chamartín-Clara Campoamor. Y también en otras averías de la
red que gestiona el Administrador de Infraestructuras ferroviarias.
Pero la mayoría de las demoras se han debido a averías de los trenes Avril de alta velocidad S106 fabricados por Talgo (sobre todo fallos en el sistema de tracción: pantógrafos que bajan a destiempo y caídas de tensión; problemas en el control del tren y las comunicaciones: falsas averías por problemas de comunicaciones y fallos en la gestión al paso por cambiadores de ancho, problemas en las puertas, etc.).
Con independencia de que los trenes AVRIL, tengan las
certificaciones necesarias emitidas por la Agencia Estatal de Seguridad
Ferroviaria (AESF) para circular, deben estar bien mantenidos y en situación de
dar un servicio fiable. Algo que no está sucediendo.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y
por supuesto la operadora pública Renfe con independencia de las acciones
legales que pueda tomar contra Talgo, debe adoptar medidas efectivas para
garantizar el cumplimiento de los horarios y la seguridad y el confort de los
viajeros que han pagado su billete y tienen todo el derecho a recibir un
servicio de calidad.
Y por todo ello
preguntamos,
¿Cómo explican el
Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y Renfe la altísima
impuntualidad de los servicios prestados en la LAV a Galicia- AVE y AVLO- operados con los trenes S160 fabricados por
Talgo?
¿Qué actuaciones está
adoptando y adoptará Renfe y el
fabricante Talgo para corregir los reiterados fallos de los trenes
Avril de alta
velocidad S106 para garantizar así a los viajeros el servicio fiable y puntual
al que tiene legítimo derecho?"