Ha sido ponente de este iniciativa la diputada Cayetana Álvarez de Toledo que en una brillante intervención detalló las diez razones por las que España debe reconocer la victoria electoral de Edmundo González Urrutia.
Asi se recoge en el Acta taquigráfica:
"Señorías, hace diez años tuve el honor de subir por primera vez a esta tribuna. Lo hice para exigir la liberación de los presos políticos en Venezuela. Dos de esos presos nos acompañan hoy, Antonio Ledesma y Leopoldo López (aplausos), y representantes de todas las fuerzas democráticas, y diputados y activistas de derechos humanos y víctimas de la persecución y hasta de las más viles torturas.
Y también está hoy aquí Carolina, hija de Edmundo González Urrutia, presidente electo de Venezuela por inviolable mandato de las urnas. (Prolongados aplausos). Nuestro afecto, nuestro apoyo y nuestra bienvenida.
Señorías, las razones éticas para apoyar esta iniciativa son evidentes, pero reconocer la victoria de Edmundo González es también un imperativo estratégico, sobre todo después de la operación diseñada por la dictadura, organizada por Zapatero y facilitada por el Gobierno de España, por la que ha tenido que salir de su país entre chantajes y coacciones. Dicho por Oliver Goldsmith: Lo que es moralmente falso no puede ser políticamente verdadero. Dicho por mí: Lo moral es lo eficaz.
Les daré diez razones para reconocer a Edmundo González.
Primera, porque es la verdad y la verdad importa. Sin verdad no hay democracia; sin verdad solo hay ruido y furia, narrativas, relatos sin combate. Maduro pretende imponer una mentira mediante la fuerza, pero todos sabemos que Edmundo ganó con el 67 % de los votos, porque así lo acreditan las actas que recogieron los ciudadanos en un ejemplo conmovedor de militancia democrática. (Aplausos). Esas actas son un símbolo de la batalla por la restauración de la verdad en la vida pública. Despreciar lo que dicen —que Edmundo ganó— es un atentado contra la realidad, es alentar la posverdad que está carcomiendo las democracias contemporáneas.
Segunda razón, porque la soberanía del pueblo es sagrada, sí, también la venezolana. ¿O es que el voto de un venezolano vale menos que el de un español? Reconocer la victoria de Edmundo González es impugnar la condescendencia de quienes tratan a Venezuela como un pueblo de segunda, es afirmar el principio de soberanía, médula del sistema democrático, y es evitar un precedente diabólico que habilitaría a cualquier aspirante a autócrata; sí, también aquí.
Tercera, porque la voluntad popular ya expresada en las urnas es el único punto de partida legítimo para la transición. La dictadura agita el fantasma de una guerra civil y dice que la salida de Edmundo asegura la paz, Delcy. No, en Venezuela no hay dos bandas armadas, la agresión es unilateral; de hecho, ni siquiera hay dos bandos. Hay un Acta taquigráfica Pleno 10 de septiembre de 2024 56 pueblo reconciliado en sus ansias de libertad; ahora solo falta que una casta corrupta y criminal se reconcilie con la realidad de su derrota. Para eso sirve esta iniciativa, para impulsar la transición, para que ese abrazo entre venezolanos alcance también a los exiliados.
Cuarta razón, porque frente a la represión solo funciona la firmeza. Y, por favor, nos llame más inteligencia al apaciguamiento, fuente de las mayores calamidades de la historia moderna. Los informes de la ONU describen un robo electoral a mano armada, torturas, detenciones arbitrarias, niños secuestrados, vejados, maltratados, pero el Gobierno arrastra los pies y el señor Borrell dijo que hasta enero hay tiempo. ¡Los secuestrados no tienen tiempo, los perseguidos no tienen tiempo, los niños no tienen tiempo! Edmundo González no tenía tiempo. Fue víctima de una cacería totalitaria y hoy engrosa la lista de exiliados. Y ahora el señor Sánchez lo llama héroe y dice que no lo abandonará. Héroes son todos los demócratas venezolanos, Edmundo es algo más, es el electo por los héroes, y no reconocerlo es abandonarlo a él y al pueblo que lo votó. (Aplausos). Lo que está en juego es más que el destino de un hombre, es la vigencia de un mandato y lo vamos a defender.
Quinta razón, porque ni siquiera la izquierda merece este descrédito, y que lo diga yo.... Pregunto: ¿Es Maduro de izquierdas? Hay una izquierda tuerta que solo ve dictaduras de derechas o que piensa: Maduro es un dictador, pero al menos es nuestro dictador. Al blanquear a Maduro se ensucia a sí misma. Aprendan del señor Boric, que ha dicho: Venezuela es una dictadura. No hace falta ser un politólogo, basta con ser un demócrata. Y añadió: Es posible y necesaria una izquierda que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere. Sigan su estela, entiendan que lo moral es lo eficaz; lideren el reconocimiento de Edmundo González en Europa, porque, además, el consenso no es excusa. Es decir, rompen ese consenso para reconocer el Estado de Palestina, pero no para reconocer al presidente de Venezuela. ¿Por qué? (Aplausos.— Varios señores diputados: ¡Muy bien! ¡Bravo!).
Sexta razón, porque el cinismo no merece premio. Señorías del PSOE, su enmienda es inaceptable. A Edmundo lo despojan y a Zapatero lo encumbran, ¡qué digo, lo hacen un héroe! El señor Zapatero mantiene desde hace años una relación de intimidad antidemocrática con Maduro y su corte criminal. Zapatero es todo menos un mediador. Siempre ha utilizado el diálogo para dar oxígeno a la dictadura, invoca el bien para perpetuar el mal, que es la máxima inmoralidad.
Séptima razón, porque Venezuela afecta a toda América Latina. Lo dijo bien el representante de Uruguay ante la OEA. Ha dicho: qué creen ustedes que están haciendo 8 millones de venezolanos diseminados por todo el continente, turismo? ¿Y qué pasaría si la dictadura se perpetuara? Una catástrofe humanitaria y regional.
Octava razón, porque de Europa se espera una mínima coherencia. El señor Albares congregó a sus colegas europeos y juntos decretaron que no ganó Maduro, pero tampoco la oposición. La verdad no es el punto medio entre dos versiones. La Navidad no es el 1 de octubre, pero tampoco es el 15 de noviembre. Así mueren las democracias. (Un señor diputado: Muy bien).
Novena razón, porque Venezuela es un frente en la defensa del orden liberal global. No es casualidad que Putin, China e Irán apoyen a Maduro, son aliados contra todo lo que defendemos, y lo primero, la libertad. Reconocer la victoria de González es tan urgente como defender la integridad territorial de Ucrania; la misma causa, el mismo combate.
Y décima razón, porque España tiene una responsabilidad histórica y moral. Fuimos madre patria y hoy somos nación hermana y bisagra con Europa. Pagamos el coste de la indiferencia internacional ante nuestra propia dictadura y queremos para los venezolanos lo mismo que para nosotros mismos: democracia y libertad. Señorías, elijan: con la verdad y la democracia o con la dictadura y la mentira. Nada celebrarían más en el búnker de Miraflores que el rechazo a esta iniciativa y nada debilitará más a la tiranía que su aprobación.
Mi profundo agradecimiento a los grupos que han anunciado su apoyo. Y acabo ya. Sé que son horas difíciles para los venezolanos, horas de angustia y de zozobra, y sin embargo, mientras haya un solo venezolano dispuesto a seguir levantando la bandera de la libertad, mientras haya un solo venezolano dispuesto a jugarse la vida por la democracia, mientras haya un solo niño dispuesto a coger el relevo habrá esperanzas; y hay muchos, vaya si los hay.
Podrán quebrar a un hombre, a cien, a mil, pero jamás podrán quebrar la causa ni tampoco a una mujer inquebrantable: María Corina Machado, una mujer a la que el movimiento feminista, si no fuera tan sectario, levantaría un monumento. (Aplausos.—Varios señores diputados: ¡Muy bien!). La más valiente, la heroína del siglo XXI. Llámela, presidente Sánchez, desde China y trabaje para que el 10 de enero Edmundo González Urrutia jure su cargo y quien salga rumbo al exilio sea Nicolás Maduro. Y a todos los venezolanos, tan bien representados, querida Carolina —por favor, transmíteselo también a tu papá— les digo hoy solemnemente: la dictadura no encontrará como aliada la indiferencia española. Vuestra causa es nuestra causa, no hay fronteras morales ni ideológicas. Nunca os hemos preguntado si sois de izquierdas o de derechas, de centro o de la nada, porque es irrelevante. (Risas). Esta es una batalla entre la civilización y la barbarie y la libraremos hasta la liberación definitiva de Venezuela. Sí, señorías, hasta el final.
Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie, también dirigidos a la tribuna de invitados)